domingo, 24 de mayo de 2015

Un puente aéreo para salvar a cien rinocerontes a la desesperada

África lucha contrarreloj contra a los furtivos que matan más de tres rinocerontes al día


Los rinocerontes esperan tras aterrizar a ser trasladados al lugar en que serán liberados. 

La situación es tan desesperada que casi cualquier solución vale para salvar a cuantos rinocerontes sea posible. En los 120 que van del 1 de enero al 30 de abril, los furtivos han acabado con la vida de 393 ejemplares sólo en Sudáfrica —más de tres diarios—, la mayoría de ellos en el mítico Parque Kruger. Estos números indican que la caza de rinocerontes ha crecido un 18% con respecto a esos mismos cuatro meses de 2014, un año en el que ya se habían batido todos los récords: 1.215 ejemplares abatidos frente a los 1.004 de 2013. En este sangriento escenario, autoridades y organizaciones conservacionistas están decididas a hacer lo que sea, incluso gastar cientos de miles de euros para pagarle a los rinocerontes amenazados un carísimo vuelo hacia la salvación.
Liberación de uno de los diez rinocerontes en Botsuana. 
Sudáfrica, donde reside buena parte de los escasos 25.000 rinocerontes que quedan en todo el continente, está desbordada. Y acepta cualquier propuesta que salve a los animales. Por ejemplo, venderle ejemplares que vivían en el Kruger a propietarios privados para que los protejan en sus fincas. O dejar que las ONG se los lleven de allí a otros países menos amenazados por el crimen organizado que se está forrando con el furtivismo: hoy, un kilo de cuerno de rinoceronte vale más en el mercado negro que un kilo de oro.
Uno de estos proyectos es Rhinos Without Borders (Rinocerontes sin fronteras), lanzado el año pasado por Beverly y Dereck Joubert, una pareja de activistas por la conservación de los animales de África que se dedica a filmarlos y fotografiarlos. Mediante micromecenazgo, quieren lograr medio millón de dólares, el dinero necesario para pagarle el pasaje a 100 rinocerontes desde Sudáfrica hasta Botsuana, un lugar ideal para soltarlos lejos de los rifles furtivos. De momento, han recaudado 272.000 dólares (casi 250.000 euros); el coste de cada viaje ronda los 40.000 euros. Ese dinero cubre la captura, la cuarentena, el transporte, recintos y tres años de vigilancia, momento en que se dará una entrega segura a las fuerzas del Gobierno de Botsuana que previenen la caza furtiva. "Por ahora, hemos recaudado lo suficiente para el primer grupo de 10 ejemplares y para unos 25 más. Pero no nos pararemos en el objetivo marcado de 100 rinocerontes si seguimos logrando más dinero", explica por email Dereck Joubert.
Los primeros 10 rinocerontes fueron liberados en Botsuana el pasado 28 de abril, extremando las medidas de seguridad para que nadie supiera exactamente su ubicación. El proceso es muy delicado y la discreción fundamental, ya que un descuido podría servirle los animales en bandeja a los furtivos. Primero, se les identifica desde un helicóptero y se les dispara un dardo sedante; una vez dormido, se toman muestras de sangre, tras vendar sus ojos y se le introduce en un contenedor, para llevarles en camión hasta el lugar escondido en el que pasarán la cuarentena (pueden estar incubando alguna enfermedad que podría ser devastadora en su nueva ubicación). Superada la cuarentena, al avión y a Botsuana.
¿Por qué a través de este puente aéreo? 

Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/05/18/ciencia/1431964457_321756.html

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