miércoles, 8 de abril de 2015

Descubierta una proteína que dobla la vida en ratones envejecidos

Los investigadores estudian si se puede estimular su producción en humanos


Óscar Fernández-Capetillo y Andrés López Contreras, del CNIO. 

Una proteína que activa la producción de nucleótidos (las letras químicas a, c, g, t que son los eslabones del ADN) se ha mostrado capaz de revocar los síntomas de envejecimiento prematuro en ratones. El hallazgo de un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), publicado en Genes & Development, tiene un evidente interés. “En las personas muy mayores aparecen problemas oculares, óseos, que se sabe empíricamente que se alivian con ácido fólico”, explica Óscar Fernández-Capetillo, director del grupo de Inestabilidad Genómica del CNIO. “Pero el ácido fólico es un precursor de los nucleótidos”, añade. La conclusión es que si se puede estimular este proceso en humanos, es posible que sirva para combatir algunos síntomas del envejecimiento.
La proteína en cuestión se llama Rrm2. Para llegar a determinar su papel, los investigadores siguieron un elaborado proceso. Partieron de ratones mutados para que tuvieran menos copias de otra proteína, la ATR. Esta molécula es responsable de reparar el genoma. El ADN de los seres vivos tiene que copiarse cada vez que una célula se divide, y, como en los procesos de los amanuenses medievales, cada vez que se reproduce aparecen errores (mutaciones). La ATR actúa como un corrector que va reescribiendo el mensaje. Los ratones con baja cantidad de ATR acumulan más fallos en sus genes, lo que les lleva a envejecer antes. Sufren una enfermedad similar a lo que en humanos se denomina síndrome de Seckel, una enfermedad rara conocida popularmente como síndrome de la cabeza de pájaro porque quienes la padecen sufren microcefalia y tienen una nariz muy peculiar, parecida a un pico. Con este primer paso han creado el problema: animales que envejecen antes de lo normal.
La solución estaba en otra mutación, pero al revés. En vez de tener pocas copias de una proteína, se vio que si tenían muchas de la Rrm2 los síntomas del envejecimiento (y del síndrome) se revertían. La vida media de los animales de experimentación pasó de 24 semanas a 50. Por eso esa proteína es clave para la solución del problema.
“Hace ya tres años empezamos a tener evidencias de que cuando una célula tenía problemas para replicarse, lo intenta desde más sitios. Si estaba usando unos cien lugares de su genoma conocidos como orígenes de replicación, cuando ve que no puede llevar a cabo el proceso, se acelera, y empieza a hacerlo desde 200 sitios”, explica Fernández-Capetillo. El resultado de esta frenética actividad es que los nucleótidos, los eslabones del ADN, se agotan en el núcleo celular, y las copias salen defectuosas. “Esto se había estudiado en cáncer”, señala el investigador, donde hay una proliferación celular descontrolada, con muchas copias de cada célula gestándose cada vez.
Su relación con el envejecimiento viene de otro trabajo con levaduras, indica el investigador: se vio que cuando estas “tenían problemas con su ATR”, la molécula que repara el ADN, “estos se podían mejorar añadiendo más nucleótidos”. “Nuestra idea fue: ‘A ver si haciendo algo parecido mejoramos el envejecimiento”, cuenta.
Con la parte ya demostrada, el trabajo pendiente es enorme. Primero, hay que probar si la Rrm2 funciona en ratones que no hayan sido envejecidos en el laboratorio. De ello se ocupará Andrés López Contreras, primer firmante del artículo, que trabaja en Copenhague. Luego vendría todo el proceso de escalado de ratones a personas, para ver si las mismas proteínas tienen el mismo efecto, y si la forma de activarlas es similar. Un largo recorrido que puede frustrase en cualquier etapa. Es lo habitual en toda investigación.
Pero eso son futuribles. En el presente la situación es, conceptualmente, más sencilla. “La pregunta es: ¿puede hacerse? Sí, se puede”, concluye Fernández-Capetillo. “Y tenemos una ventaja: sabemos a qué proteína tenemos que hacer cosquillas”, añade.

¿Es mejor el ejercicio duro que el moderado?

Un macroestudio sugiere que la Organización Mundial de la Salud debería cambiar sus recomendaciones sobre actividad física

Las personas que hacen un ejercicio más intenso tienen un riesgo entre un 9% y un 13% menor de mortalidad prematura


deporte
Se recomienda correr a entre el 50 y el 70% de la capacidad máxima 

Los beneficios del deporte en la salud están demostrados, pero hay algo que aún se desconoce: la dosis exacta para obtener el máximo provecho. Una de las conclusiones que están apuntalando los últimos estudios es que no vale solo con ir al gimnasio a leer un libro encima de la bicicleta estática o salir a caminar con parsimonia. Esta semana, en un artículo que se publica en la revista JAMA Internal Medicine, un equipo australiano concluye que las personas que hacen un ejercicio más intenso tienen un riesgo entre un 9% y un 13% menor de mortalidad prematura que los que solo realizan ejercicio moderado.
Los científicos obtuvieron sus resultados después de seguir a 204.542 personas de entre 45 y 75 años durante más de seis años divididas en dos grupos: por un lado aquellos que tenían una actividad moderada, como realizar tareas domésticas o nadar sin demasiado esfuerzo, con otros que realizaban ejercicios más intensos, como correr o jugar al tenis. Además, vieron que, aunque una pequeña cantidad de actividad vigorosa ya reducía el riesgo de mortalidad, este beneficio crecía proporcionalmente cuando se superaba el umbral de los 30 minutos semanales. “Nuestros hallazgos sugieren que la actividad vigorosa debería ser incluida en las directrices de salud pública sobre actividad física para maximizar sus beneficios sobre la población”, concluyen en el artículo.
Fomentar una actividad física intensa puede ayudar a evitar muertes prevenibles a una edad más temprana
Estas conclusiones indican que se deberían cambiar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que adaptan la mayor parte de los países, sobre la actividad física semanal recomendada. Hasta ahora, se aconseja que los adultos acumulen 150 minutos de actividad moderada cada siete días o 75 minutos de actividad vigorosa. “Estas directrices dejan a la elección de cada individuo el nivel de intensidad con que va a desarrollar su ejercicio”, ha afirmado Melody Ding, investigadora de la Universidad de Sídney (Australia) y coautora del estudio. Los últimos resultados indican que “fomentar actividades vigorosas pueden ayudar a evitar muertes prevenibles a una edad más temprana”, añade Ding.

Para leer más:

http://elpais.com/elpais/2015/04/07/ciencia/1428422928_919035.html

La NASA cree que hallará vida extraterrestre en menos de diez años

"En nuestro horizonte vital, podemos muy bien finalmente responder si estamos solos en el Sistema Solar", ha dicho la jefa científica de la agencia, Ellen Stofan

NASA
El interior de Encélado, según los hallazgos de 'Cassini'. / NASA

A medida que las misiones de la NASA exploran el Sistema Solar y buscan nuevos mundos, la agencia espacial estadounidense se acerca a encontrar vida fuera de nuestro planeta. Y está segura de encontrarla antes de una década.
"Las actividades de la NASA han proporcionado una ola de descubrimientos asombrosos relacionados con el agua en los últimos años que nos inspiran a seguir investigando los orígenes y las fascinantes posibilidades de otros mundos, y la vida en el universo", dijo ayer Ellen Stofan, jefa científica de la agencia. "En nuestro horizonte vital, podemos muy bien finalmente responder si estamos solos en el Sistema Solar y más allá".
"Creo que vamos a tener fuertes indicios de vida más allá de la Tierra dentro de una década, y creo que vamos a tener evidencias definitivas dentro de 20 o 30 años. Sabemos dónde buscar y sabemos cómo buscarlo", explicó Stofan, durante un encuentro informativo de la NASA.
Los elementos químicos en el agua, hidrógeno y oxígeno, son algunos de los elementos más abundantes en el universo. Hay varios mundos que se cree poseen agua líquida debajo de sus superficies, y muchos más los que tienen agua en forma de hielo o vapor. El agua se encuentra en los organismos primitivos como los cometas y los asteroides y planetas enanos como Ceres. Se cree que las atmósferas y los interiores de los cuatro planetas gigantes --Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno-- contienen enormes cantidades de esta sustancia, y sus lunas y anillos, hielo.
John Grunsfeld, uno de los jefes de la misión científica de la NASA, compartió ayer el optimismo de Stofan: "Creo que estamos solo a una generación [de encontrar vida], ya sea en una luna helada o en Marte".  "La Vía Láctea es un lugar empapado", aseveró Paul Hertz, director de la división de astrofísica de la NASA.
Tal vez los mundos de agua más sorprendentes son las cinco lunas heladas de Júpiter y Saturno que muestran una fuerte evidencia de océanos bajo sus superficies: Ganímedes, Europa y Calisto en Júpiter, y Encélado y Titán en Saturno.
Los científicos que usan el telescopio espacial Hubble de la NASA presentaron recientemente poderosas evidencias de que Ganímedes tiene un océano de agua salada, debajo de la superficie, probablemente intercalada entre dos capas de hielo. Europa y Encélado se cree que tienen un océano de agua líquida bajo su superficie en contacto con la roca rica en minerales, y puede tener los tres ingredientes necesarios para la vida tal como la conocemos: agua líquida, elementos químicos esenciales para los procesos biológicos y fuentes de energía que podrían ser utilizados por los seres vivos.
La misión Cassini de la NASA ha revelado Encélado como un mundo activo de géiseres helados. OItras misiones también han encontrado indicios de agua en los cráteres en sombra permanente sobre Mercurio y la Luna. En Marte, la NASA ha encontrado pruebas claras de que el planeta rojo tuvo agua en su superficie por mucho tiempo en el pasado distante. El rover Curiosity descubrió un antiguo lecho del río que existía en medio de condiciones favorables para la vida tal como la conocemos.
La misión Dawn de la NASA, mientras, está estudiando Ceres, que es el cuerpo más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Los investigadores piensan que Ceres podría tener una composición rica en agua similar a algunos de los organismos que trajeron agua a los planetas rocosos interiores, incluida la Tierra.
Con el estudio de los exoplanetas -planetas que orbitan otras estrellas- se está más cerca que nunca de averiguar si existen otros mundos ricos en agua como el nuestro. Cada estrella tiene una zona habitable, o un rango de distancias a su alrededor, en el que las temperaturas no son ni demasiado calientes ni demasiado frías para que exista agua líquida.

lunes, 6 de abril de 2015

‘Little Foot’, la nueva protagonista de la evolución humana

Una australopiteca que vivió hace 3,6 millones de años en Sudáfrica rivaliza con 'Lucy' por ser el ancestro de todos los humanos

Cráneo del 'Australopithecus prometheus' conocido como 'Little Foot' 
Hasta ahora, la película que cuenta los orígenes de la humanidad tenía un primer protagonista clarísimo. Antes de que hubiese humanos sobre la faz de la tierra, existieron los australopitecos, monos con cerebro de chimpancé que andaban erguidos y apenas superaban el metro de estatura. Entre todos ellos destaca Lucy, la australopiteca que vivió hace entre tres y cuatro millones de años en Etiopía y que es el supuesto ancestro de todos los miembros del género humano, incluidos los Homo sapiens.
Este protagonismo de Lucy (y el tronco del árbol genealógico de la humanidad) acaban de tambalearse debido a la nueva datación de los fósiles de Little Foot. Se trata de otra especie de mono erguido que vivió en Sudáfrica y que, según sus descubridores, tiene unos 3,6 millones de años, es decir, fue coetánea de Lucy y candidata a ser el primer ancestro conocido de todos los humanos.
Little Foot era una australopiteca, como Lucy, pero de una especie más grande y alta (medía algo menos de metro y medio). Tenía los hombros muy fuertes, los brazos largos y, aunque bípeda, sus pies aún estaban diseñados para colgarse de los árboles. Su nombre científico es Australopithecus prometheus.
Un mal día, Little Foot cayó en una sima y murió en lo que hoy es Sterkfontein, a 40 kilómetros de Johannesburgo. Sus restos no se localizaron hasta 1997, en la oscuridad de una cueva a más de 20 metros de profundidad y sepultados en roca. Ron Clarke, uno de sus descubridores, explica que su equipo tardó 13 años en separar los huesos del mineral y poder subirlos a la superficie, aún sepultados en un ataúd de sedimentos. Desde entonces han pasado tres años limpiando los fósiles y reconstruyéndolos, aunque todo ha merecido la pena: ha resultado ser el esqueleto más completo de un australopiteco. Está casi entero y, además de un brazo y una mano en articulación y los pequeños huesos del pie de los que recibe su apodo (pie pequeño en inglés), destaca su espectacular cráneo.
Reconstrucción del 'A. prometheus' /
Reconstrucción del 'A. prometheus'
La gran pega para aceptar a Little Foot como protagonista de los primeros compases de la evolución humana es su controvertida antigüedad. El terreno de la cueva se ha removido y cambiado mucho, tanto por fenómenos geológicos como por la dinamita de los mineros que sacaron de la roca esquirlas de hueso que ayudaron, un siglo después, a que Clarke encontrara el esqueleto. Su equipo y el de otros especialistas han hecho diferentes dataciones. Las más favorables apuntan a que podría tener hasta cuatro millones de años. Otros grupos le dan poco más de dos millones de años, es decir, posterior a la aparición de los primeros humanos.
En 2014 se publicó una nueva datación de sedimentos supuestamente de la fecha de su muerte que indicaba una edad de al menos tres millones de años. Ahora, el equipo de Clarke recurre a la última técnica de datación que quedaba disponible: la cosmogénica. Se basa en el tipo de átomos de aluminio y berilio contenidos en el cuarzo que encapsula el fósil. Esos elementos cambian por el bombardeo de los rayos cósmicos llegados del espacio y los convierte en una especie de reloj dentro de la piedra. Los resultados, publicados hoy en Nature, concretan una antigüedad de 3,67 millones de años con un margen de error de 160.000 años, todo un embrollo científico, según Clarke.
“Hasta ahora la gente consideraba que los australopitecos más antiguos que se conocen [como Lucy] eran los ancestros directos de todo lo que vino después”, explica a Materia el paleoantropólogo de la Universidad del Witwatersrand (Suráfrica). “Ahora podemos demostrar que no eran las únicas especies que vivían hace 3,5 millones de años y la verdad es que no podemos saber cuál de ellas es nuestro ancestro directo”, recalca.

Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/01/ciencia/1427902426_988530.html

Los bebés aprenden de lo inesperado

Los hechos que violan el conocimiento previo disparan la experimentación de los niños de 11 meses

La imagen muestra cómo se comporta el bebé según cómo se comporta el objeto. 

Pocas cosas estimulan más a un científico que un hecho inesperado, porque los datos que no encajan en la teoría vigente suelen señalar el camino hacia una teoría mejor. Así progresa la ciencia. Y también así es como aprenden los bebés, según un bello y eficaz experimento de las psicólogas Aimee Stahl y Lisa Feigenson, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE UU). Los niños de 11 meses se aburren con los objetos que se comportan de forma predecible, como una pelota que rebota en la pared, y centran su atención en los que violan las expectativas, como una pelota que atraviesa la pared. En cierto modo, los bebés reproducen la historia de la ciencia.
El paralelismo con la ciencia no se agota ahí, porque los bebés no solo utilizan lo inesperado para enfocar su atención, sino también para diseñar los siguientes experimentos. Cuando ve que una pelota parece atravesar la pared, el bebé toma la pelota y empieza a golpearla, como para comprobar si es un objeto sólido. Dar golpes a una pelota puede parecer un experimento un poco grueso, pero esperen a ver la siguiente prueba.
Para los niños pequeños, el mundo es un lugar increíblemente complejo y lleno de estímulos dinámicos"
En esta segunda prueba, la pelota –siempre según los trucos que han perpetrado las psicólogas— no atraviesa la pared, sino que va moviéndose por un carril que tiene un gran agujero en el centro. Lo esperable es que la pelota caiga por el agujero, y cuando eso ocurre los bebés no se interesan por el fenómeno. Solo se fijan en él si la pelota no cae por el agujero y, como en el caso anterior, eso les lleva a experimentar con la pelota. Pero esta vez no le dan golpes, sino que la toman en sus manos y la dejan caer al suelo: lo que quieren comprobar ahora no es si se trata de un objeto sólido, sino si está sometido a la gravedad. El trabajo de Stahl y Feigenson, que han repetido estos y otros experimentos con 110 bebés de 11 meses, se presenta en Science.
Todas estas pelotas que atraviesan paredes o violan la ley de la gravedad no son más que trucos, lo que puede parecer una crueldad con los pobres bebés, que ni siquiera se han podido presentar como voluntarios para el estudio. Pero la psicología experimental suele consistir precisamente en eso: en tomar el pelo a los sujetos de estudio para aprender algo sobre los mecanismos normales de la mente humana. Los sujetos suelen ser estudiantes universitarios que se ganan unos créditos a cambio de someterse a todas esas perrerías. A los bebés, ni créditos.
Pero ¿en qué se basa el modelo del mundo de un bebé de 11 meses? ¿De dónde han sacado ese conocimiento cuya violación parece despertar su instinto experimental? La interpretación de las autoras es que se trata de un conocimiento que viene puesto de serie, lo que los científicos cognitivos llaman una “física innata”, y que compartimos con el resto de los animales. Cuando un perro coge con la boca la pelota que le has tirado, está exhibiendo su conocimiento instintivo de las leyes de Newton: tiene que calcular la parábola que va a describir el proyectil, y lo hace sin calculadora, y sin siquiera tiempo para usar una.
En cierto modo, los bebés reproducen la historia de la ciencia
“Para los niños pequeños”, dice Feigenson, “el mundo es un lugar increíblemente complejo y lleno de estímulos dinámicos. ¿Cómo saben los aprendices en qué centrarse, sobre qué merece la pena aprender más, y qué ignorar? Nuestra investigación indica que los niños usan lo que ya saben sobre el mundo para generar predicciones. Cuando esas predicciones resultan incorrectas, los niños usan esa discordancia como una oportunidad especial para aprender”. Justo como los científicos.
Feigenson deduce también que la motivación última de los bebés no es meramente aprender algo más sobre los objetos que violan sus expectativas, sino llegar a entenderlos. De ahí que los experimentos que hace el bebé con la pelota parezcan diseñados específicamente para la violación concreta de su modelo interno del mundo que la pelota ha parecido ejecutar, como atravesar la pared o desafiar a la gravedad.
En fin, ya ven que la vida de un bebé de 11 meses es mucho más dura de lo que parece a primera vista. Sobre todo si tienen la mala suerte de dar con dos psicólogas de Baltimore.

El ‘Boyhood’ de las estrellas

Astrofísicos españoles siguen a un astro en formación durante 18 años y cazan un momento clave de una metamorfosis estelar que dura cientos de milenios

La joven estrella masiva, en 1996 (izquierda) y en 2014. 

En una de las películas más aclamadas de la última temporada, la estadounidense Boyhood, el director Richard Linklater seguía al niño protagonista durante 12 años, mostrando su brutal viaje desde la infancia hasta la adolescencia. Ahora, un equipo encabezado por el astrofísico español Carlos Carrasco ha repetido el rodaje pero, en lugar de enfocar sus cámaras a una familia normal de clase media, ha dirigido su objetivo hacia las estrellas.
Los investigadores han observado por primera vez en tiempo real la metamorfosis de una joven estrella masiva, 300 veces más luminosa que nuestro Sol. La estrella, a una distancia de 4.200 años luz de la Tierra, fue retratada por primera vez en 1996. Entonces, “era como un aspersor, emitía materia en todas direcciones”, según Guillem Anglada, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) y coautor del estudio.
Transcurridos 18 años, los científicos volvieron a poner sus ojos en la estrella, mediante el radiotelescopio Karl G. Jansky, localizado en las secas Llanuras de San Agustín, en Nuevo México (EE UU). Como el niño de Boyhood, la estrella se había transformado. “Ahora era como el chorro de una manguera focalizado”, resume Anglada.
El hallazgo, que se publica hoy en la revista Science, ilumina una etapa clave para entender el universo: el nacimiento de las estrellas masivas, algunas de las cuales llegan a ser un millón de veces más luminosas que el Sol. En su muerte, estas megaestrellas explotan, formando supernovas que dispersan elementos pesados, como el hierro, y otros ingredientes fundamentales de los planetas. El hierro de las lentejas es el mismo que escupen estos fenómenos estelares.
El hallazgo ilumina una etapa clave para entender el universo: el nacimiento de las estrellas masivas
La joven estrella, bautizada W75N(B)-VLA 2, parece ahora el sable de luz de doble hoja de Darth Maul, el personaje de la saga cinematográfica Star Wars. “Es su manera de desprenderse del exceso de masa y bajar su velocidad de rotación. Nuestro Sol rota sobre sí mismo una vez cada 27 días. Si no hubiera perdido masa de joven, giraría una vez por segundo”, explica Anglada. Sin este proceso de limpieza interior, las estrellas no llegarían a formarse. Su endiablada velocidad las despedazaría.
En el descubrimiento ha intervenido el factor suerte. Las estrellas se forman en el interior de nubes de gas y polvo a partir de objetos más densos que colapsan por su propia gravedad. El proceso dura centenares de miles de años, pero los astrofísicos han conseguido capturar la evolución de W75N(B)-VLA 2 en tan solo 18 años.
El equipo de Anglada ya observó en 2001 un estrella masiva muy joven que expulsaba materia en todas las direcciones. Parecía protegida por una esfera perfecta, algo que no cuadraba con los modelos teóricos, que pronosticaban que estas estrellas deberían expulsar la materia en chorros en una misma dirección, no como un aspersor. El Boyhood estelar muestra ahora que la eyección esférica es solo una primera etapa, hasta que se forman los chorros por efecto de la interacción con el medio externo, una especie de rosquilla de gas y polvo más densa que el resto de la nube. El campo magnético también puede desempeñar un papel, según los autores.
Anglada dirigió en el CSIC la tesis doctoral de Carlos Carrasco, hoy en el Centro de Radioastronomia y Astrofisica de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Es una de esas leyendas urbanas”, explica Anglada, en referencia a las declaraciones del presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, que calificó en diciembre la fuga de cerebros de “leyenda urbana”. Desde entonces, la Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España ha publicado fotografías de 440 científicos españoles en el extranjero.

Un viaje lejano, con ida y vuelta, del águila pescadora

Se ha seguido su ruta, vía satélite, entre Mallorca y el Marruecos Atlántico

Águila pescadora cuya migración estacional a la costa Atlántica de Marruecos y regreso a Mallorca se ha seguido vía satélite. 

El misterio de la migración de las aves, a larga distancia, fascina no solo a los ornitólogos concentrados en documentar rutas y claves de este hábito, el desplazamiento hacia lugares cálidos. Gracias al seguimiento vía satélite de un águila pescadora, a la que un grupo de expertos incorporaron una mochila-emisor de 30 gramos, (el 2% de su peso) con batería de carga solar, acaba de registrarse un viaje de ida y vuelta, día a día, de una rapaz, desde que partió hacia África desde el parque natural de la Albufera de Mallorca, hasta que retornó cuatro meses más tarde, tras más de estar 100 días al sur de Marruecos, en el Atlántico. Han sido más de tres mil kilómetros. Ahora el águila, hembra, emite desde un mismo entorno en los acantilados de la sierra de Tramontana de la isla, está posicionada, adecuando su nido, se supone.
“La migración es innata, está probado en las águilas pescadoras que los adultos no pilotan hacia el sur a sus crías. Parten primero los padres, solos, uno a uno y luego los jóvenes viajan en su primer año de vida”, explica Toni Muñoz, naturalista mallorquín que participa en el proyecto de conservación y seguimiento de la especie protegida y amenazada. Es una iniciativa común en la que coinciden los ecologistas del GOB (Grupo de Ornitología Balear) con su impulsor el Gobierno regional. La especie es cosmopolita y de comportamiento filopátrico -permanece en el territorio en el que nació-, detallan los expertos. Está presente como reproductora en tres comunidades autónomas, Andalucía, Canarias y Baleares.
Viaje del águila pescadora desde Mallorca hasta la costa de Marruecos (arriba) y regreso (abajo). 
El vuelo solitario de su viaje meridional con retorno es registrado hora a hora gracias a las señales de posición del GPS, a través del programa Argos que cada tres días acumula datos y los aporta vía Internet. Antes, las investigaciones estaban muy limitadas, eran directas mediante la visualización o capturas de ejemplares con marcas y anillas o mediante el seguimiento de emisores de cercanía con antenas portátiles.
Los avances y la bajada de los precios de los equipos y del alquiler del uso del satélite ayudan a estos complejos proyectos de los naturalistas. Un seguimiento por satélite puede costar entre 2.000 y 6.000 euros, el emisor y la banda reservada, según datos del naturalista Miguel Macminn.
Momento del marcaje del águila pescadora. 
El águila pescadora de Mallorca ha volado a unos mil metros de altura –aunque superó los dos mil al cruzar los picos de la sierra de Granada- y su velocidad fue de hasta 90 kilómetros/hora. Se han registrado etapas de hasta 400 kilómetros, sin parar, en un ejemplar que acabó de cruzar el mar de noche hasta llegar a la isla. La especie se orienta y crea rutas siempre parecidas, dos veces al año y no suele errar. Pero siempre busca los trayectos más cortos sobre el mar, de ahí el paso del estrecho de Gibraltar, los saltos entre islas. Al anochecer suele posarse en tierra, descansar, tras alimentarse al pescar.
Las imágenes majestuosas las ofrece cuando captura con sus garras peces en superficie y remonta con fuerza con las alas en el agua. También se sumerge velozmente en picado para alcanzar su presa y sale a flote y vuela con potencia. Por ello habitan o frecuentan el litoral, desembocaduras de ríos, estanques y albuferas.
En sus dos desplazamientos, entre septiembre y marzo, el ejemplar piloto de Mallorca ha cubierto trayectos que suman más de 3.000 kilómetros y sus dos rutas han sido parecidas, de nueve días. De Mallorca a la península, por la Comunidad Valencia, rumbo al Sur, al Estrecho de Gibraltar y alrededores. Se le activó el instinto migratorio y retornó del mediodía cálido de África a Mallorca, con un solo cambio, una escala en la isla de Ibiza.
Años atrás otro especialista en la especie, Rafel Triay de Menorca, registró un viaje de un ave de su isla a la zona subtropical de Mauritania, cerca de 3.500 kilómetros. Otro trayecto sorprendente fue el de otra águila marcada y seguida, denominada Karin, que fue de Baleares a Suecia, crió en una isla y retornó: 2.400 kilómetros de distancia.
Miguel Macminn, un observador, señala que “es fascinante imaginar los viajes que realizan estas aves” y reconoce que “aún estamos aprendiendo mucho sobre el misterio de la migración”. El responsable del proyecto del águila, Toni Muñoz, asume que se están rellenando vacíos sobre la vida y costumbres, migración y sedentarismo de la especie, se ponen en cuestión ideas fijas o suposiciones sobre los ejemplares que migraban y donde criaban. En Baleares crían 23 parejas.

México y los secretos del meteorito que acabó con los dinosaurios

Un proyecto perforará bajo el mar para analizar el cráter que dejó hace 66 millones de años un descomunal impacto de masa cósmica


Representación del impacto del meteorito en Yucatán.

América del Sur y África aún no eran dos continentes separados. Se estaba formando el golfo de México. Y el Caribe. Y la zona central del océano Atlántico. Hace 66 millones de años, cuando México no era México, un meteorito de más de diez kilómetros de diámetro cayó sobre lo que hoy es la mexicana Península de Yucatán, entonces sumergida, y desencadenó un cataclismo que terminó con infinidad de organismos vivos. Entre ellos, los dinosaurios.
La descripción que hace de aquello el geofísico mexicano Jaime Urrutia Fucugauchi (la familia de su padre era de un pueblo al sur de Bilbao, su madre japonesa) es dantesca. Habla de un nube de polvo que lo cubrió todo y cortó la fotosíntesis porque bloqueó la llegada de la luz del sol. De toneladas de fragmentos de roca que saltaron por los aires con una violencia inimaginable, atravesaron la atmósfera hacia arriba, volvieron de regreso por efecto de la gravedad y, a la vuelta, por el roce con la atmósfera, generaron un "pulso térmico", una ola de calor, que barrió la superficie a temperaturas de más de 500 grados.
Urrutia es uno de los directores de un proyecto internacional que trata de ahondar en el conocimiento de aquel fenómeno clave de la historia de la Tierra. El cráter que provocó el impacto del meteorito sigue existiendo y se encuentra sumergido, oculto bajo el lecho marino. El plan del Proyecto Científico de Perforación del Cráter Chicxulub, adelantado esta semana por el diario Animal Político, es perforar el lecho hasta aproximadamente un kilómetro de profundidad, donde, sepultado por 66 millones de años de sedimentos, se encuentra el cráter.
El proyecto cuenta con un equipo de científicos internacional y multidisciplinar: geofísicos, geólogos, paleontólogos, biólogos, expertos en investigación molecular, en ciencias planetarias… La financiación, 10 millones de dólares, proviene de fondos de distintos países, y se prevé que la perforación, con técnicas de ingeniería petrolera, empiece en la primavera de 2016 y dure dos meses.
Localización geográfica del cráter.
Urrutia, investigador de la Universidad Nacional (UNAM), explica que se busca información sobre los siguientes asuntos: saber más de cómo se fue restableciendo la vida en el planeta después de aquel apocalipsis; investigar cambios climáticos a través de los tiempos, por ejemplo las bajadas de temperatura que crearon los casquetes polares; estudiar cómo se forma un cráter de anillos concéntricos, una estructura que en la Tierra sólo presenta el cráter de Yucatán pero que es común en la Luna y en Marte; también conocer con precisión detalles del propio impacto, por ejemplo la velocidad a la que la gran masa cósmica chocó con la Tierra y el efecto que tuvo en el clima y en la vida terrestre.
La primera referencia que hubo del cráter sumergido se dio, a mediados del siglo pasado, dentro de trabajos exploratorios de Petróleos Mexicanos (Pemex). Se detectó que bajo el mar había una anomalía geofísica: una estructura semicircular de unos 200 kilómetros de diámetro.
Pero no fue hasta finales de los años 70 que ingenieros de Pemex, el mexicano Antonio Camargo y el estadounidense Glen Penfield, establecieron la hipótesis de que aquella forma submarina podía ser, una de dos: un campo volcánico enorme o un "cráter de impacto". En 1991, Penfield, Camargo y un grupo de investigadores confirmaron que era un cráter. Y en 1992, una investigación de la que ya formó parte Urrutia Fucugauchi determinó, mediante estratigrafía magnética, que la edad del cráter se correspondía con la del tiempo del cataclismo del cretácico.
Por aquel entonces, encontrar el punto exacto de impacto del meteorito que había provocado ese hito universal era un reto. "Había grupos trabajando en Siberia, en Europa, en Estados Unidos...", recuerda Urrutia. Él mismo, en los años ochenta, había seguido el rastro del cráter de todos los cráteres por lugares lejanos como India o Brasil. Hoy sonríe recordándolo. Lo que buscaba tan lejos estaba bajo sus pies, en México: el cráter Chicxulub, que aún guarda un profundo pozo de conocimiento para la ciencia.

‘Bolas de nieve’ contra la ciencia en el Congreso de EE UU

Los más duros entre los republicanos acaparan los puestos que supervisan la investigación en las dos cámaras. La NASA y el cambio climático, en el punto de mira.


El senador Ted Cruz, en un acto reciente en New Hampshire. 

"Casi cualquier estadounidense estaría de acuerdo en que la función principal de la NASA es la de explorar el espacio. Es lo que inspira a los niños y las niñas de todo el país. Me preocupa que la NASA deje de centrar la atención en su misión principal", señaló el senador republicano Ted Cruz durante la reciente vista para revisar el presupuesto solicitado por la NASA. A Cruz le parece que la agencia espacial gasta demasiado en estudiar la situación de la Tierra, ya que esa no es su función. Frente a él, el administrador de la NASA, Charles Bolden, le respondió: "Es absolutamente fundamental que comprendamos la situación de la Tierra, porque este es el único lugar que tenemos para vivir". Y añadió: "No podremos ir a ninguna parte si el Centro Espacial Kennedy [desde donde se lanzan las misiones espaciales] queda sumergido bajo las aguas".
El presidente del comité de Medio Ambiente del Senado niega el cambio climático con una bola de nieve en febrero
Este rifirrafe ejemplifica muy bien la situación en la que ha quedado la supervisión de la ciencia tras las elecciones legislativas del año pasado en las que el partido republicano consiguió el control de las dos cámaras del Congreso. La presidencia de todos los comités y subcomités han quedado no solo en manos de los conservadores, sino de los más duros en su rechazo a la ciencia que muestra las causas del cambio climático, la evolución o la creación de la Tierra. En este contexto, el lanzamiento de la carrera presidencial augura que esta postura se fortalecerá, por ejemplo, con la candidatura que acaba de presentar Ted Cruz.
La semana pasada, el candidato Cruz aseguró en una entrevista que los defensores del cambio climático de origen humano son como inquisidores medievales: "El conocimiento científico aseguraba que la Tierra es plana, y este hereje llamado Galileo fue calificado de negacionista". Cruz no solo se ponía en el lugar del científico —Galileo— y a la comunidad científica en el papel de la Inquisición; además, confundía el célebre caso del astrónomo italiano, que fue perseguido por defender que el Sol no giraba alrededor de la Tierra. La cuestión del planeta esférico la habían zanjado Magallanes y Elcano 42 años antes de que Galileo naciera.
Ted Cruz se siente como Galileo y dibuja a la comunidad científica como "defensores de que la Tierra es plana"
Cruz, que no cree que estudiar los cambios en su planeta pertenezca a la misión central de la NASA, está equivocado: el primer objetivo que establecía la ley que la fundó fue "la expansión del conocimiento humano de los fenómenos en la atmósfera y el espacio". Desde la perspectiva del senador texano, que no cree en el origen humano del cambio climático, las "ciencias de la tierra" no son "ciencias duras". Cruz asegura que no es verdad que la Tierra se haya calentado en los últimos 15 años, frente a los datos que muestran que, por ejemplo, 2014 fue el más cálido desde que se tienen registros. Su opinión importa porque preside el subcomité del Senado que supervisa las actividades de la NASA y, aunque no tiene capacidad ejecutiva sobre la agencia, puede torpedear con requerimientos y leyes su labor científica.
No es el único representante que parece dispuesto a ponerle palos en las ruedas a la ciencia en EE UU, en lo que el astrónomo y divulgador Phil Plait considera "probablemente, el grupo de políticos más anticientífico que este país ha visto en décadas". Marco Rubio —"no creo que la actividad humana esté causando estos cambios dramáticos en nuestro clima de la forma en que los científicos lo están retratando"— está al frente del subcomité del Senado que supervisa al otro gran organismo de investigación del clima: la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Mientras los republicanos piden que sea la NOAA y no la NASA la que investigue el clima, los propios republicanos promovieron una iniciativa para la NOAA gaste menos en el estudio del clima y más en las predicciones meteorológicas.
La diferencia entre clima y tiempo es clara para el reparto presupuestario, pero fue convenientemente olvidada por Jim Inhofe, senador de Oklahoma, al tirar una bola de nieve dentro de la cámaraen febrero mientras decía: "Seguimos escuchando que 2014 ha sido el año más cálido registrado, ¿y saben lo que es esto? Es una bola de nieve. Y es de aquí fuera. Porque fuera hace mucho, mucho frío". Inhofe, conocido negacionista del cambio climático, publicó en 2012 un libro en el que lo denominaba El mayor bulo (The Greatest Hoax). En él, aseguraba que la Biblia explica en el Génesis que siempre habrá estaciones, calor y frío, y que pensar que los humanos podían cambiar eso es muy arrogante por parte de los científicos.
Neil DeGrasse Tyson cree, en cambio, que lo importante es "el dinero", no "lo que pienses o lo que digas"
Hace dos semanas, el rotativo británico the Guardian revelaba en portada que Inhofe había financiado su campaña con dinero del entorno de la petrolera BP. Paradójicamente, Inhofe ha sido elegido para presidir el comité de Medio Ambiente del Senado, responsable de estudiar y proponer medidas contra el cambio climático. Desde ahí lleva tres meses torpedeando todos los planes del presidente Barack Obama en materia medioambiental, como por ejemplo los referidos a la reducción de emisiones, o en otros capítulos, al oponerse al envío de ayuda a los países afectados por el ébola. También obstaculiza el trabajo de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), una de las instituciones menos apreciadas por los republicanos: solo un 36% de sus votantes aprueba su labor, frente al 80% de los demócratas.
Inhofe, Rubio y Cruz podrán tomar ejemplo de Lamar Smith, compañero de partido y presidente del comité de Ciencia de la Cámara de Representantes desde 2013, donde ha mostrado cómo aprovechar sus atribuciones para perjudicar el trabajo de instituciones como la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF, el mayor organismo de financiación científica de EE UU) y la propia EPA. Junto a sus pegas al cambio climático, se suma su fijación con las ciencias sociales y el sentido utilitarista de la investigación. Así, viene poniendo innumerables pegas a la NSF y menospreciando públicamente aquellos trabajos —industria textil de Islandia desde los vikingos, las razones por las que visten velo las turcas o la polarización política de Twitter— que no le parecen dignos de apoyo público.
El comité de Ciencia, Espacio y Tecnología, presidido por Lamar Smith, cuenta con otros miembros como Paul Broun, que asegura que la Tierra fue creada en seis días hace 9.000 años, y Todd Akin, que se oponía al aborto porque el cuerpo de la mujer "tiene mecanismos" para no quedarse embarazada en caso de "violación legítima". En ese comité se encuentra el único físico de entre los 435 miembros del Congreso: el demócrata Bill Foster.

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http://elpais.com/elpais/2015/03/30/ciencia/1427709924_221278.html

Manzanas bellas y patatas sanas: para americanos

EE UU declara aptas para el consumo humano nuevas variedades transgénicas. Europa, por ahora, les da la espalda.


Una cesta de manzanas con una estropeada.

Pronto habrá en los mercados unas manzanas de pulpa blanca y hermosa que no pardeará en la macedonia, y unas patatas que contendrán menos acrilamida cancerígena después de freírse. Pero solo en los mercados norteamericanos. Esas dos nuevas variedades son transgénicas, y no llegarán a Europa pese a haber superado los controles ambientales y sanitarios de las agencias de Estados Unidos, que son los más exigentes del mundo. El problema de la Unión Europea con los alimentos modificados genéticamente no es científico, sino mucho más grave: una especie de religión burocrática impermeable a las pruebas. ¿Patatas y manzanas? Americanas, gracias.
Cualquiera que haya cortado una manzana en cuatro trozos y haya esperado un par de horas para comérsela habrá visto con agustia lo que ocurre: la pulpa expuesta al aire se vuelve marrón y adquiere un aspecto mugriento que raya en lo incomestible. La razón son unas enzimas llamadas polifenol-oxidasas que, como indica su ingenioso nombre, se dedican a oxidar los polifenoles. Los científicos de Okanagan Specialty Fruits, una pequeña firma de agricultura biotecnológica basada en la ciudad canadiense de Summerland, han ideado una forma de reducir la actividad de esas enzimas, y han creado así unas frutas (manzanas árticas) que apenas pardean. Transgénicas, por supuesto: la madre naturaleza no tiene el menor interés en alegrar la vista de los consumidores.
El caso de la patata innata desarrollada por la firma de Idaho Simplot Plant Sciences es aún más interesante. Comparte con la manzana de Okanagan la reducción de la actividad oxidante de las enzimas —lo que evita el feo aspecto de las magulladuras que sufren estos tubérculos durante el transporte—, pero contiene además unas modificaciones metabólicas que reducen su cantidad de acrilamida, un compuesto tóxico y cancerígeno que surge al freírlas y que lleva 10 o 15 años preocupando a los reguladores sanitarios de los países occidentales. También es transgénica, por supuesto.
Un experto: “Estos alimentos se han diseñado por el bien del consumidor”
El rechazo de los grupos ecologistas y de consumidores occidentales a los alimentos transgénicos se debe a argumentos medioambientales y de salud pública. Las nuevas patatas y manzanas modificadas genéticamente, sin embargo, han superado las pruebas medioambientales y sanitarias más exigentes que existen en el mundo. El departamento de Agricultura estadounidense les dio luz verde el año pasado como inocuos para otros cultivos y el medio ambiente, y la agencia de seguridad alimentaria del mismo país (FDA, o Food and Drug Administration) las acaba de declarar aptas para el consumo humano.
En el enquistado debate sobre los alimentos transgénicos en Europa, la manzana ártica y la patata innata representan otras dos innovaciones de gran importancia. “Hasta ahora, las semillas transgénicas comercializadas suponían una ventaja para el fabricante o para el agricultor”, explica el presidente de la European Plant Science Organisation (EPSO), José Pío Beltrán. “Las nuevas patatas y manzanas están diseñadas sobre todo por el bien del consumidor”. La EPSO agrupa a 28.000 científicos de 220 institutos de investigación de 30 países europeos.
La segunda novedad de las patatas y manzanas transgénicas es de una índole más técnica, aunque no menos relevante. Las plantas transgénicas tradicionales se generaban introduciendo un gen extraño —por ejemplo, bacteriano— en el genoma de una especie vegetal. Esta clase de saltos entre especies ha propiciado que Greenpeace y otros grupos ecologistas califiquen los organismos genéticamente modificados de Frankenfood (comida Frankenstein) y los descalifiquen como engendros contrarios a los designios de la naturaleza.

Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/04/ciencia/1428170977_888665.html

El misterioso y único entierro de una mujer que vivió hace 19.000 años

Encuentran en la cueva de El Mirón, en Cantabria, los restos de una mujer de unos 35 años pintados de rojo, un tratamiento que casi nadie recibía en el Pleistoceno en Europa.


Excavación de El Mirón en la campaña de 2010 cuando apareció el enterramiento. 

Hace 19.000 años, los humanos que vivían en Europa comenzaban a recuperarse de la etapa más dura de la última glaciación, que había cubierto de hielo buena parte del norte de Europa. Huyendo de las temperaturas extremas, muchos de aquellos humanos se habían refugiado en el sur de Europa, donde dejaron muestras de su cultura en cuevas como Altamira, en España, o Lascaux, en Francia. Las pinturas que dejaron en aquellas paredes no dejan dudas sobre la sofisticación de aquellos pueblos, pero aún se sabe muy poco sobre su estilo de vida, cómo organizaban sus sociedades o las creencias que compartían.
Cerca de Altamira, en la cueva cántabra de El Mirón se ha abierto una nueva ventana a través de la que mirar a aquella época. En esa caverna, que durante muchos años se creyó despojada del interés que pudiese haber tenido por “cazatesoros” o por la ocupación de ovejas, Manuel González Morales, de la Universidad de Cantabria, y su equipo, encontraron los restos de lo que parece una mujer muy especial. Después de explorar la cueva desde 1996, en 2010 descubrieron un gran bloque de piedra, de dos metros de largo por uno de ancho, que había caído del techo de la cueva. En él había una serie de misteriosas rayas grabadas. “Aunque es todo un poco especulativo, se veían dos líneas, que pueden ser un cuerpo esquematizado, con triángulos, asociados a vulvas que representarían a una mujer”, explica González.
Los restos se encontraron tras un bloque de piedra con rayas grabadas que podrían representar a una mujer
Detrás de ese bloque, precisamente, comenzaron a descubrir restos humanos cubiertos de una pintura rojiza. El hecho mismo de encontrar un enterramiento de una persona de aquella época ya era extraordinario. “Son muy escasos y se concentran en un periodo más antiguo a este, del gravetiense, hace más de 28.000 años”, apunta el investigador de la Universidad de Cantabria. “Después hay un periodo en el que apenas hay nada, y hace unos 19.000 años empieza a haber más, pero aún muy pocos: media docena en Francia y, hasta este, ninguno en la península Ibérica”, añade. “No se sabe que hacían con los cadáveres, y en casos muy contados los enterraban en las cuevas”, concluye.
La rareza de su entierro hace suponer que aquella mujer, que tenía entre 35 y 40 años cuando falleció, podía ser alguien especial. Por algún motivo que aún se desconoce, dejaron descomponer su cuerpo al aire libre (como sugiere el óxido de manganeso que cubre los huesos) y después, antes de enterrarlo, lo cubrieron con ocre. Esta pintura roja, hecha con óxido de hierro, que, según han desvelado los análisis, no se produjo con materiales autóctonos, es una muestra más de que aquellos humanos dedicaron un especial esfuerzo al funeral de la que se ha bautizado como “La Dama Roja”. La práctica de cubrir con tinte rojo los huesos de algunos muertos es antigua y ni siquiera es exclusiva de los Homo sapiens. De hecho, según comenta el responsable del hallazgo, la dama cántabra le debe su nombre a “La Dama de Paviland”, un esqueleto de 33.000 años de antigüedad cubierto de ocre que, finalmente, resultó haber pertenecido a un hombre.
Los cuidados especiales no libraron a la señora de sufrir algunas vicisitudes poco propias de un personaje que podría tener algo de sagrado. En algún momento tras el entierro, un perro o un lobo profanó la tumba y royó la tibia. Después, el hueso fue recuperado y se volvió a enterrar con el resto del cuerpo. Aunque el cadáver está bastante completo, faltan el cráneo y muchos huesos grandes, que probablemente fueron trasladados a otro lugar, de un modo similar al que se hacen con las reliquias en otras religiones.

Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/03/31/ciencia/1427838488_998553.html

Descubiertas tres especies de ‘dragones’ enanos en los Andes

El número de nuevos lagartos descubiertos en la zona se ha dupicado desde 2006


'Enyalioides sophiarothschildae', uno de los lagartos descubiertos. 

Un grupo de científicos ha descubierto tres nuevas especies de lagartos con forma de dragón en los Andes de Perú y Ecuador. Las especies descubiertas difieren de sus parientes más próximos en el color, el tamaño y el ADN, según una investigación que se publica hoy en la revista ZooKeys.
Omar Torres-Carvajal, investigador del Museo de Zoología QCAZ(Ecuador), Pablo J. Venegas (CORBIDI, Peru), y Kevin de Queiroz (Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian, EE UU) han realizado su descubrimiento en los Andes tropicales y, según aseguran, es un "hecho llamativo, teniendo en cuenta que estas nuevas especies están entre los lagartos más grandes y llamativos de los bosques de Sudamérica".
El nuevo 'Enyalioides anisolepis'. 
Los lagartos del género Enyalioides, al que pertenecen estas tres especies, son diurnos y viven en las selvas tropicales, como el Chocó, así como los bosques a ambos lados de los Andes. Estas nuevas especies incrementan el número de lagartos Enyalioides a 15. En 2006 sólo se conocían siete.
"El hecho de que más de la mitad de estos reptiles se hayan descubierto en los últimos años debería ser tenido en cuenta por las personas que están al cargo de las agencias de conservación", ha dicho en una nota el doctor Torres-Carvajal.