domingo, 15 de febrero de 2015

El mundo tira ocho millones de toneladas de plástico al mar cada año

Si se colocara toda esa basura a lo largo de las costas de la Tierra habría cinco bolsas de la compra llenas de plástico cada 30 centímetros, alerta un estudio

Plásticos en una playa de Haití 

Que los mares y océanos se han convertido en vertederos es una realidad aceptada ya por muchos expertos, la única incertidumbre es cómo de grande es el basurero. Según la primera estimación de cuánto plástico llega a las aguas cada año en todo el mundo, la situación es mucho peor de lo que se esperaba.
En 2010 se vertieron al mar una media de ocho millones de toneladas de plástico desde 192 países con costa, según un estudio publicado hoy en Science. Es una descomunal masa entre 10 y 1.000 veces mayor que la que habría flotando, es decir, como con los icebergs, el problema de la contaminación marina puede ser monstruosamente mayor de lo que se aprecia desde la superficie.
Si se colocara toda esa basura a lo largo de las costas de la Tierra, habría cinco bolsas de la compra llenas de plásticos cada 30 centímetros, dice Jenna Jambeck, investigadora de la Universidad de Georgia y coautora del estudio. La masa de residuos crecerá cada año, dice. En 2015 se lanzarán al mar más de nueve millones de toneladas y, en 2025, el doble que en 2010.
En 2025 la cantidad acumulada puede alcanzar los 155 millones de toneladas
Hasta ahora, varios trabajos habían estimado cuánto plástico hay ya flotando en el mar, pero ninguno se había propuesto calcular cuánto llega desde tierra cada año. El equipo de Jambeck lo ha hecho en base a datos oficiales de producción de plásticos, renta de cada país y gestión de residuos. Su estudio se centra en las poblaciones costeras, las que viven a una distancia de hasta 50 kilómetros del mar y el trabajo ha englobado zonas en las que habitan unos 2.000 millones de personas.
Los autores consideran que el origen de los residuos que acaban en el mar está en todo ese plástico que se tira de mala forma (por ejemplo en vertederos a cielo abierto o como desperdicios en el suelo) y que escapa a los servicios de recogida de basuras. Una fracción, mayor o menor dependiendo de las condiciones en cada país, acabará en el mar. El estudio ha calculado esa fracción en base a datos de EE UU y después los ha extrapolado al resto usando varios rangos de conversión.
Los cálculos indican que en 2010 se produjeron 99,5 millones de toneladas de residuos plásticos en el área estudiada, de las que 31,9 millones fueron mal retiradas, es decir, susceptibles de llegar al mar. De toda esa masa de basura, entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas llegaron al mar (la media serían esos ocho millones de toneladas los que habla Jambeck).
China encabeza la lista de 20 países más contaminantes, en la que también está la UE y EE UU
El estudio señala a los 20 países que más contaminan y que, juntos, producen más del 80% de todo el plástico mal gestionado que hay en el mundo. China es de largo el número uno, seguido por Indonesia, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka. Más países asiáticos que actualmente experimentan una potente expansión económica como Bangladesh, Malasia o Myanmar también aparecen alto en la lista, intercalados con algunos africanos como Egipto, Nigeria o Suráfrica, entre otros. En el puesto 16 está Brasil, en el 19 Corea del Norte y en el 20, EE UU. Los países con costa de la UE ocuparían el puesto 18, señala el trabajo.

¿Es buena una copa de vino al día?

Muchos estudios afirman que beber moderadamente es mejor para la salud que no beber nada, pero una investigación publicada esta semana cuestiona estos resultados.


Algunos estudios han fijado en media copa la cantidad óptima de vino diaria.

Junto a la evidencia de los efectos nocivos del exceso de alcohol, existe un gran número de artículos científicos que concluyen que un consumo moderado puede ser beneficioso. Un trabajo publicado en 2012 en la revista científica British Medical Journal (BMJ) estimaba que media copa de vino diaria (5 gramos de alcohol) era la cantidad óptima para proteger la salud. Beber hasta esta cantidad podría evitar más de 4.500 fallecimientos al año en Reino Unido, de acuerdo con los investigadores que realizaron aquel análisis.
Otros especialistas, como la española Linda Badimón, directora del Centro de Investigación Cardiovascular(CSIC-ICCC) de Barcelona, han afirmado que un consumo moderado de cerveza, de dos cañas al día para los hombres y una para las mujeres, puede “favorecer la función cardiaca global”. Y Emanuel Rubin, de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia (EE UU), aseveraba en un artículo publicado recientemente en Alcoholism: Clinical and Experimental Research, que “la aplastante evidencia sugiere que los médicos deberían aconsejar a quienes nunca han bebido en su vida que entre los 40 y los 50 se relajasen y tomasen una bebida al día, preferiblemente con la cena”.
Sin embargo, esta corriente científica y médica que no ve el alcohol en pequeñas cantidades como un veneno peligroso tiene oponentes. Esta semana, un grupo de investigadores de Australia y Reino Unido ha publicado, también en la revista BMJ, los resultados de un trabajo en el que ponían a prueba los supuestos beneficios de un consumo moderado de alcohol. Para realizar su análisis, tomaron datos de la Encuesta de Salud de Inglaterra 1998-2008 y concluyeron que, si se comparaba con personas que nunca habían bebido, la actividad protectora del alcohol se reducía a mujeres mayores de 65 años y, en menor medida, a hombres de entre 50 y 64 años. Incluso entre estos grupos, plantean que las modestas ganancias obtenidas del consumo de alcohol se deban a la selección de los sujetos de estudio.

Un estudio calculó que media copa de vino diaria podría reducir 4.500 muertes anuales en Reino Unido
El objetivo de los autores era matizar los resultados que suelen encontrar efectos beneficiosos en un consumo moderado de alcohol. Según ellos, estas asociaciones se pueden deber a que el grupo de abstemios con el que se compara a quienes beben un poco puede ser inadecuado. Esto se explicaría, por ejemplo, porque uno de los grupos de personas que no beben nunca nada son los antiguos alcohólicos, que tienen la salud más deteriorada por su pasada adicción a la bebida. Eliminando grupos como estos, los responsables del trabajo afirman que los efectos protectores del alcohol se reducen en gran parte de los casos. Teniendo esto en cuenta, sería posible que, en realidad, las personas que continúan bebiendo a partir de cierta edad lo hacen porque están más sanos y pueden, sin que eso signifique que es el alcohol lo que les da la salud.

Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/02/12/ciencia/1423760069_244047.html

Los científicos de EE UU quieren investigar cómo alterar el clima

Un informe de la Academia de Ciencias encargado por Obama concluye que hay que estudiar las alternativas de la geoingeniería para enfriar el planeta.

La captura de CO2 es una de las propuestas para frenar el calentamiento. La firma Carbon Engineering ya ha modelado cómo capturarlo del aire.

Los científicos de EE UU quieren que su gobierno apoye la investigación para trastear con el clima de la Tierra. Un informe recuerda que el objetivo principal aún debe ser reducir las emisiones, pero que sería irresponsable no estudiar alternativas como la captura de CO2 o experimentar con las nubes para enfriar el planeta por si los efectos del calentamiento se agravan.
La Administración Obama pidió en 2012 a la Academia Nacional de Ciencias, la principal institución científica de EE UU, que elaborara un informe con las últimas ideas de los científicos, ingenieros y tecnólogos para modificar deliberadamente el clima, es decir, para hacer geoingeniería. Hasta ahora, la ingeniería climática era casi un tema tabú porque podría distraer a los científicos y a los políticos del objetivo fundamental: reducir las emisiones. Ese miedo parece que está desapareciendo.
El informe de la NAS, publicado esta semana, detalla dos grandes bloques de tecnologías. Por un lado, las distintas opciones que hay para capturar el CO2, principal gas de efecto invernadero (GEI) y almacenarlo de forma segura y duradera. Por el otro, lo que la ciencia sabe de cómo gestionar la radiación solar, aumentando por ejemplo la capacidad reflectora de las nubes. La gran diferencia entre ambas es que, mientras las primeras atacan a la fuente, retirando el CO2 de la atmósfera, las segundas mitigan sus consecuencias, enfriando el planeta pero sin tocar el balance de GEI.
El objetivo de mantener el calentamiento por debajo de los 2º respecto a las temperaturas de finales del XX parece casi imposible
"El Comité sostiene que, como sociedad, hemos alcanzado un punto donde la severidad de los riesgos potenciales del cambio climático parecen superar a los posibles peligros del dilema moral asociado a un programa adecuadamente diseñado", dice una de las recomendaciones de la NAS. Aunque no hay sustituto a una reducción drástica de las emisiones de CO2, este comité sí considera que la investigación en geoingeniería debe acelerarse.
Antes de la Revolución Industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera era de unas 280 partes por millón de aire (ppm). En mayo de 2013, un observatorio de las islas Hawái registró una acumulación de 400,03 ppm. Era la primera vez que se superaba ese umbral. Al año siguiente, todo el hemisferio norte registraba concentraciones mensuales por encima de esa cifra, según al Organización Meteorológica Mundial. Algunos estiman que en dos décadas se podría llegar hasta las 450 ppm. A este ritmo, el objetivo de mantener el calentamiento por debajo de los 2º respecto a las temperaturas de finales del XX parece casi imposible. De hecho, como recuerda la NAS, ya hay escenarios donde la temperatura podría aumentar casi en 5º.
La opción menos radical sería reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera. En la última década, se han emitido 34.000 millones de toneladas métricas de CO2 anuales (GtCO2), según datos del Global Carbon Project. Los océanos y la cubierta forestal retiran 16 gigatoneladas en un proceso natural. El resto se va acumulando. Se podría agrandar y acelerar estos procesos naturales de captura mediante la reforestación de enormes extensiones de tierra. También se podría fertilizar los océanos con hierro u otros minerales que promovieran la proliferación de microplancton, que necesita del CO2para desarrollarse.
Sin embargo, la gestión de la tierra y los océanos apenas retiraría unas 600 GtCO2 de aquí a 2100. Según estima el informe de la NAS, para rebajar la concentración de CO2 hasta las 300 ppm habría que retirar 1.800 GtCO2 y esa es la cantidad de más acumulada en la atmósfera desde 1750. Por eso, harían falta otros sistemas como la captura por biomasa o directamente del aire y enterrarlo en el subsuelo.
Tras revisar todas las tecnologías propuestas, la NAS reconoce que la captura y secuestro del CO2 a gran escala es, con la tecnología actual, poco factible. Además, algunas propuestas, como la reforestación, podrían desatar una competencia por la tierra con la agricultura. Sin embargo, apuesta porque se implanten programas de captura a medio plazo. Aunque no sería la solución, estas técnicas deberían formar parte del mix de medidas contra el cambio climático.
Más respeto muestra el informe de los científicos sobre la gestión de radiación solar. De primeras, prefieren llamarla modificación del albedo. Les parece presuntuoso y hasta políticamente incorrecto hablar de manejar la radiación solar. El punto de partida de este conjunto de tecnologías es sencillo: reducir la cantidad de radiación que recibe el planeta o aumentar su capacidad de reflejarla para así enfriarlo. El problema es que entraña riesgos e incertidumbres.
El informe rechaza el despliegue de sistemas de gestión de radiación solar pero no experimentos a pequeña escala
"Si el mundo no puede frenar las emisiones o los efectos del cambio climático son más extremos o aparecen antes de lo esperado, puede haber exigencias de buscar tecnologías de intervención climática adicionales sobre las que los científicos necesitamos saber más", dice en una nota el presidente de la NAS, Ralph J. Cicerone. "Aunque las ideas más arriesgadas para reducir la cantidad de energía absorbida del Sol no deben ser consideradas para un posible despliegue, tenemos que estudiarlas para que podamos dar respuestas si algún día estas ideas se plantean en un intento de evitar la catástrofe", añade.
Inyectar dióxido de azufre o ácido sulfúrico en las nubes para hacerlas más reflectantes, elevar sales marinas hasta las capas altas de la atmósfera o blanquear los estratocúmulos que cubren entre el 20 % y el 40 % de los océanos son algunas de las ideas propuestas para gestionar la radiación solar. El principio ya se ha observado en la naturaleza. La erupción del volcán Pinatubo en Filipinas en 1991, por ejemplo, eyectó 20 millones de toneladas de sulfuros que alcanzaron la estratosfera. Durante los tres años siguientes, la temperatura media global se redujo en 0,3º.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/02/13/ciencia/1423813149_720630.html

Viaje a la capital más contaminada del mundo

El desarrollo económico y la sedentarización de la población nómada de Mongolia crean una atmósfera irrespirable en Ulán Bator

Un 10% de las muertes en la ciudad están relacionadas con la polución.


Vistas de la contaminación que cubre Ulán Bator desde los suburbios de 'gers'. 

Mongolia evoca imágenes de estepas interminables, cielos azules, animales en libertad, y tradiciones ancestrales que se resisten a morir. Al fin y al cabo, su territorio triplica en superficie al de Francia pero alberga a menos habitantes que los de Madrid, un hecho que convierte al país de Gengis Kan en el de menor densidad de población del mundo, y en uno de los más remotos. No obstante, la mitad de los tres millones de mongoles respira en invierno el aire más contaminado del planeta.
Son los habitantes que se concentran en la capital, Ulán Bator, una ciudad que crece al frenético ritmo de la globalización y de una economía que explota el filón de la minería: atraídos por oportunidades laborales que muchas veces no se materializan, entre 30.000 y 40.000 nómadas abrazan aquí la vida sedentaria y hacen valer su derecho constitucional a una parcela de tierra para instalarse con sus yurtas en las colinas que protegen la capital.

Entre 30.000 y 40.000 nómadas abrazan aquí la vida sedentaria y hacen valer su derecho constitucional a una parcela de tierra
El problema es que, al igual que hacían en el campo, queman carbón y madera en sus anticuadas estufas para combatir las duras temperaturas, que también convierten a Ulán Bator en la capital más fría del planeta. De hecho, de madrugada el mercurio puede desplomarse hasta los 40 grados bajo cero. Ese es también el momento en el que las imponentes centrales térmicas que han sido engullidas ya por la megalópolis se encuentran al máximo rendimiento, emitiendo gruesos chorros de gases contaminantes a la atmósfera. Y antes de que amanezca las inadecuadas infraestructuras viarias se colapsan con un perpetuo atasco.
Desafortunadamente, la combinación de estos tres factores socioeconómicos tiene efectos dramáticos: en 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que un 10% de las muertes registradas en la ciudad, la capital más contaminada del mundo en invierno por delante incluso de Pekín o Nueva Delhi, estaban relacionadas con la polució. Entre 2004 y 2008 se produjo un aumento del 45% en los casos de enfermedades respiratorias, que, según el Banco Mundial, provocan un gasto adicional en Sanidad de más de 300 millones de euros al año. Y la situación no mejora.

Para leer más:http://elpais.com/elpais/2015/01/30/ciencia/1422641604_479888.html