lunes, 27 de abril de 2015

Cambiar las modas en China podría salvar las especies amenazadas

Las ONG comienzan a trabajar en campañas de concienciación pública en China, que lidera el consumo de productos de especies en peligro


China destruyó seis toneladas de marfil incautadas el pasado enero. / TRAFFIC
En enero pasado, dos docenas de funcionarios de la Seguridad Pública china se reunieron en un reservado de un restaurante de alto standing en la ciudad de Shenzhen, para una cena privada muy especial. Tuvieron buen cuidado de cerrar la puerta antes de comenzar su banquete. Entre los platos sobre la mesa figuraba, según publicaron medios locales, una salamandra gigante, una especie en vías de extinción.
China lidera el consumo de productos de especies animales amenazadas. La demanda, que inicialmente se dirigía a ingredientes de medicamentos tradicionales chinos, ha aumentado en paralelo con la prosperidad del país y productos como el marfil se han convertido en una manera más de exhibir estatus social. Eso ha disparado los precios: un kilo de cuerno de rinoceronte es hoy más caro que uno de oro; y la organización Save the Elephants calculaba el año pasado que entre 2010 y 2014 el precio de un kilo de marfil casi se ha triplicado, de 750 dólares a 2.100. Se considera que China acapara el 75% del consumo de tiburón y el 70% del tráfico ilegal de marfil en el mundo.
China acapara el 75% del consumo de tiburón y el 70% del tráfico ilegal de marfil en el mundo
Buena parte del trabajo de las organizaciones defensoras de la vida salvaje en China se ha centrado en fomentar la concienciación pública mediante campañas publicitarias contra el uso de ese tipo de productos. “La mayor parte de la gente no tiene información suficiente sobre lo que pasa en la naturaleza, cuál es la relación entre el elefante y yo, entre el tiburón y yo. Cuando les damos información sobre el equilibrio ecológico, sobre la importancia de especies clave, entonces entienden”, explica May Mei, responsable para China de la ONG WildAid.
Una veintena de portales han adoptado una política de tolerancia cero contra la compraventa de animales salvajes
Sus esfuerzos, aseguran, han empezado a dar resultado. Un estudio de WildAid en las tres principales ciudades chinas -Pekín, Shanghái y Cantón- apunta a una mejora de las percepciones del público: en 2012, un 33% de los ciudadanos creía que el marfil solo se obtenía de animales muertos de manera natural, una cifra que en 2014 caía al 10,5%. Un 70,6% de los consultados consideraba un problema la caza ilegal de elefantes el año pasado, frente al 46,6% que opinaba así dos años antes. Y un 95% de los no consumidores se declara ahora partidario de medidas más estrictas contra la caza ilegal de rinocerontes. El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) calcula que su campaña publicitaria contra la caza ilegal de animales ha reducido el grupo más proclive a comprar marfil de un 54% a un 26%.
La presión pública ha contribuido también a un endurecimiento de la actitud de los portales de comercio electrónico. Una veintena, encabezada por el gigante chino Taobao.com, han adoptado una política de tolerancia cero contra la compraventa de animales salvajes.
La creciente concienciación pública, y la nueva determinación para preservar el medioambiente, han motivado a Pekín a tomar nuevas medidas. Ha vetado la subasta de productos de marfil y el pasado 3 de marzo anunció una moratoria de un año a las importaciones de marfil labrado procedente de África. Según un informe de WildAid, el consumo de aleta de tiburón ha caído entre un 50% y un 70% en dos años, en buena parte gracias a la campaña del Gobierno contra la corrupción, que ha prohibido las especies protegidas en los banquetes oficiales.
El Gobierno ha anunciado una moratoria de un año a las importaciones de marfil labrado procedente de África
Aquella cena de Shenzhen, por ejemplo, no acabó bien. Alguien alertó a la prensa, que trató de fotografiar a los participantes en el banquete. Según la agencia oficial Xinhua, 14 policías quedaron bajo investigación, aparentemente por posible corrupción.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/22/ciencia/1429713633_827577.html

El científico al que rechaza el Gobierno y triunfa en el extranjero

Albert Pol, uno de los investigadores a los que se deniega financiación por el formato de su currículum, es elegido por un prestigioso programa internacional para buscar nuevos antibióticos

El investigador del IDIBAPS Albert Pol.

Wernher von Braun, el hombre cuyos cohetes llevaron al hombre a la Luna, escribió que sus dos principales problemas eran la gravedad y el papeleo. “Podemos lidiar con la gravedad”, dijo, “pero a veces el papeleo nos desborda”.
En España, más de 50 años después, la burocracia sigue siendo un problema mucho más infranqueable para muchos científicos que la gravedad o ser competitivos en sus disciplinas. Albert Pol es un ejemplo de ello. Este doctor en biología se dedica a la ciencia básica, entre otras cosas, para buscar nuevos antibióticos capaces de frenar la creciente resistencia a los fármacos actuales, un problema que causa gastos sanitarios millonarios y provoca unas 25.000 defunciones cada año en la UE. Hace unos meses, la financiación de su equipo, compuesto por él y otras tres personas, era casi nula. Cuando las cosas parecían no poder ir a peor, a Pol le comunicaron desde la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, dependiente del Ministerio de Economía, que este año no tendría financiación del Plan Estatal de I+D+i porque su currículum no tenía el formato adecuado.
“En esta situación no tenía forma de pagar a mi investigador posdoctoral y al técnico de laboratorio y eso suponía que el grupo entero iba a desaparecer en junio”, explica Pol, que trabaja en IDIBAPS, un organismo de investigación asociado al Hospital Clínico de Barcelona, la Universidad de Barcelona y el CSIC.
“Es absurdo que un investigador de prestigio de Harvard tenga un currículum de tres páginas y que en la Universidad Complutense haya otro con cincuenta”
El suyo es uno de los 250 grupos de investigación españoles que el Gobierno ha dejado sin financiaciónpor defectos de forma en el currículum. En muchos casos esto quiere decir que tenían más de las cuatro páginas estipuladas, aunque también el tipo de letra o un espaciado incorrecto podían dejar fuera de forma irreversible a los candidatos, independientemente de su valía científica. La medida causó una fuerte polémica y provocó la dimisión de Carmen Castresana, directora de uno de los mayores centros de investigación biomédica del país. Entre los afectados hay grupos que han conseguido financiación europea en programas más competitivos y exigentes que el Plan Estatal español, como por ejemplo los del Consejo Europeo de Investigación (ERC), que frecuentemente es citado por los responsables de I+D del Gobierno como modelo a seguir. Como explicaban hace unas semanas Albert Esteve, e Iñaki Permanyer, ambos ganadores de financiación del ERC, ante currículos demasiado largos esta organización europea simplemente ignora las páginas sobrantes sin eliminar por ello la candidatura del científico en cuestión.
Pol explica que la financiación del Plan Estatal le hubiera dado unos 200.000 euros en tres años y que servirían básicamente para pagar al personal de su laboratorio. Tras ser rechazado por el Gobierno, su grupo ha conseguido salvar los muebles gracias a otro programa internacional para proyectos científicos arriesgados y con gran potencial. Se trata del prestigioso Human Frontiers Science Program, que este año ha seleccionado 21 proyectos internacionales entre más de 1.000 candidatos. El de Pol, que colabora con grupos de Australia, Brasil y EE UU, pretende averiguar si el sistema inmune de los mamíferos produce proteínas desconocidas basadas en lípidos capaces de eliminar bacterias, es decir, nuevos antibióticos. Pol es el único español que ha sido reconocido este año en este programa internacional y gracias a él, dice, conseguirá 1,3 millones de dólares durante tres años con los que podrá continuar su trabajo.

Parafernalia burocrática

En 2001, este biólogo fue seleccionado en la primera promoción del programa Ramón y Cajal, diseñado por el Gobierno para recuperar cerebros españoles en el extranjero y atraer talento científico a España. En 2007 consiguió una plaza de investigador ICREA, otro programa para científicos de alto nivel tanto españoles como extranjeros, en este caso creado por la Generalitat de Cataluña. Por lo menos tres investigadores ICREA están entre los afectados por el problema de los currículos, explica Jaume Bertranpetit, director de este programa. “Es evidente que entre los 250 grupos excluidos en todo el país hay problemas gravísimos, el Plan Estatal es la financiación básica que permite el funcionamiento de la máquina de la investigación del Estado y cuando esta falta, es terrible”, comenta.
Se han visto atados por su propia norma y, aunque la situación es injusta, parece que no queda otra que tragar con ella
Bertranpetit cree que la intención del Gobierno para normalizar los currículos es buena, pero se ha ejecutado de la peor forma posible escudándose en "la parafernalia burocrática". “Es absurdo que un investigador de prestigio de Harvard tenga un currículum de tres páginas y que en la Universidad Complutense, por ejemplo, haya otro con cincuenta”, explica Bertranpetit. Pero, matiza, la norma introducida para implementar el cambio es “tan rígida que todo el mundo sale perjudicado con ella”.
El jefe de ICREA habla de casos de científicos que se han quedado sin financiación porque al transformar su currículum al formato pdf este se pasaba una línea de las cuatro páginas estipuladas. Al contrario que en las convocatorias anteriores, el error era “no subsanable”, es decir, dejaba automáticamente fuera al candidato. Normalmente, había unos días de gracia para corregir errores.
El cambio se advertía claramente destacado en el encabezamiento de la convocatoria y en amarillo chillón. Por eso la Secretaría de Estado de I+D+i ha defendido su actuación y opina que la responsabilidad es de los candidatos que no rellenaron la petición correctamente. “Sin duda los investigadores cometieron el error, pero la rigidez de la norma es excesiva”, opina Bertranpetit, que intentó, sin éxito, que la Secretaría de Estado de I+D+i, dirigida por Carmen Vela, rectificase. “El problema es que una vez que la convocatoria está en el BOE ya no tiene solución, se han visto atados por su propia norma y, aunque la situación es injusta, parece que no queda otra que tragar con ella”, lamenta.

España no es tan analfabeta en ciencia

El 74% de los jóvenes sabe que los genes de una persona no se modifican por comer transgénicos, frente al 64% en el caso de los padres y al 43% de los abuelos

Los datos por edad de una encuesta oficial muestran una nueva generación más preparada

Una actividad de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. / FECYT
“Por favor, dígame si es verdadera o falsa esta afirmación: cuando una persona come una fruta modificada genéticamente, sus genes también pueden modificarse”. Esta pregunta, cuya respuesta es un rotundo no, se le hizo a 6.355 personas en sus domicilios en España entre noviembre y diciembre de 2014. Un 62,3% acertó al decir que era falsa, sin apenas diferencias entre hombres y mujeres. La brecha se produjo por edades: casi el 74% de los jóvenes entre 15 y 24 años respondió de manera correcta, frente al 64% de sus padres (en la franja de 45 a 54 años) y al 43% de sus abuelos (65 años o más).
La Encuesta de Percepción Social de la Ciencia en España, la que ha revelado que un 25% de los españoles cree que el Sol gira alrededor de la Tierra, constata el analfabetismo científico de la población, pero también muestra una joven generación cada vez más preparada. La nueva España no es tan analfabeta en ciencia.
La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) presentó el jueves los resultados preliminares de su encuesta sin facilitar desgloses por sexo, edad y nivel de estudios, a la espera de que sus expertos analicen estos detalles. Esta falta de datos ha generado innumerables análisis de brocha gorda y chascarrillos en los bares, las redes sociales y las tertulias televisivas. Los microdatos, facilitados ahora por la Fecyt a Materia, permiten análisis menos gruesos.
“Los jóvenes están cada vez más formados en ciencia”, destaca Gonzalo Remiro, técnico de la Fecyt. El salto generacional se confirma al comparar los datos de 2014 con los de 2006, último año en el que se incluyeron preguntas sobre alfabetización científica. Entonces, el promedio de respuestas acertadas fue del 58%. En 2014 supera el 70%. En el caso de los más jóvenes, alcanza el 77%, frente al 60% de los abuelos. Por sexos, el porcentaje de aciertos fue del 74% en hombres y el 70% en mujeres.
Alfabetización científica por sexo y edad. / FECYT
Un 25% de los españoles cree que el Sol gira alrededor de la Tierra, según la encuesta. Es una de las preguntas que más cachondeo ha generado, pese a otras encuestas que muestran que el 26% de los estadounidenses y el 29% de los europeos también se equivocan. Yendo al detalle en España, el porcentaje que acierta y dice que es la Tierra la que da vueltas al Sol ronda el 77% entre las personas de entre 15 y 44 años y baja al 58% entre los mayores de 65 años. Por nivel de educación, solo un 39% de las personas sin estudios acertó la respuesta. Los encuestados con el bachillerato terminado atinaron en más de un 81% y los universitarios llegaron al 83%.
Remiro matiza los fallos entre las personas con estudios superiores que parecen desconocer que es la Tierra la que gira alrededor del Sol. “La encuesta es larga, de unos 25 minutos, y se hace de manera presencial. Las preguntas sobre conocimientos científicos se dejan para el final, para que los encuestados no se sientan en un examen y se espanten. Si no estás muy atento, puedes decir sí o no sin pensarlo”, explica.
Las personas sin estudios logran, pese a sus carencias educativas, un 48% de aciertos en las 12 preguntas sobre conocimientos científicos. Entre los que han terminado la enseñanza secundaria obligatoria, el porcentaje llega al 70% de respuestas correctas. Los universitarios alcanzan el 80%.
Alfabetización científica por nivel de estudios. / FECYT
Los datos desglosados, no obstante, muestran sorprendentes lagunas. Solo el 80% de los universitarios sabe que los humanos no convivieron con los dinosaurios. Apenas el 70% de los licenciados sabe que comer una fruta modificada genéticamente no cambia tus genes. Y un sorprendente 38% de los universitarios desconoce que los antibióticos no sirven para curar enfermedades causadas por virus.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/24/ciencia/1429901750_210345.html

La otra evolución de las especies

No todo es lucha y egoísmo en la biología: las novedades también surgen por la cooperación

Imagen de un calamar bioluminescente.

Debemos a Darwin la noción de una evolución basada en la lucha y el egoísmo, en la “naturaleza roja en diente y garra” que cristalizó en el perdurable verso de Tennyson; y desde los diabéticos de la isla de Nauru en la Polinesia hasta los gorilas montañosos del oriente africano confirman cada día ese mecanismo evolutivo ciego y cruel como un algoritmo psicópata. Pero hoy sabemos que hay otros caminos basados menos en la competición que en la colaboración, menos en la muerte que en la innovación. Estas estrategias no ganan al peso, pero han protagonizado algunas de las invenciones más raudas y brillantes de la historia de la vida.
Toby Kiers, de la Universidad de Vrije en Holanda, y Stuart West, de la de Oxford en Reino Unido, revisan ahora en Science las evidenciassobre nuevas especies generadas por simbiosis, o a partir de la asociación oportunista de dos especies preexistentes, cada una aportando a la sociedad unos talentos muy convenientes para la coyuntura que les toque en ese momento. La biología ha identificado casos de todo el proceso que lleva a dos especies separadas por miles de millones de años de evolución a formar una especie única con lo mejor de dos mundos.
Hoy sabemos que la evolución usa otros caminos basados menos en la competición y más en la colaboración
“Las asociaciones simbióticas son una importante fuente de innovación evolutiva”, explican los científicos. “Han dirigido diversificaciones rápidas de los organismos, han permitido a los huéspedes emplear nuevas formas de energía, y han modificado radicalmente los ciclos de nutrientes de la Tierra”. La evolución de nuevas especies por simbiosis es un fenómeno relativamente infrecuente, pero tiende a producir invenciones brillantes y veloces, al menos según las parsimoniosas escalas de los geólogos y paleontólogos.
Tomemos al platelminto Paracatenula, un gusano plano de un milímetro que campa por los sedimentos arenosos de los océanos tropicales y templados, y que ha dejado atónitos a los zoólogos de medio mundo por haber perdido la boca y el tubo digestivo. Ya no le hacen falta, porque han incorporado una bacteria (Riegeria galateiae) que obtiene su energía por métodos químicos: oxidando el sulfuro del medio a sulfato. La bacteria coloniza todo el cuerpo del gusano y se transmite de padres a hijos como cualquier otro grupo de genes. Paracatenula se considera por tanto una especie radicalmente nueva: un gusano sin boca capaz de alimentarse sin comer oxidando sulfuro.
Otro ejemplo son las cigarras, o chicharras, que han incorporado en sus células no ya una, sino dos bacterias simbióticas: Hodgkinia y Sulcia. Estos endosimbiontes (simbiontes que viven dentro de las células del huésped) ayudan a la cigarra a sacar provecho de su magra dieta de vegetales, y a subsistir durante los largos periodos (hasta 17 años) que estos insectos pueden permanecer latentes en su estado de ninfas, o cícadas. Como en el caso del gusano Paracatenula, tanto el huésped como las bacterias simbióticas han experimentado modificaciones genómicas complementarias que convierten su unión en indisoluble. También son, por tanto, nuevas especies originadas por simbiosis.
Las asociaciones simbióticas son una importante fuente de innovación evolutiva”, explican los científicos
Para entender el proceso, quizá los casos más ilustrativos son aquellos en que la transición hacia una nueva especie no se ha completado: he aquí la evolución capturada con las manos en la masa. El gusano marino gigante Riftia, por ejemplo, carece de sistema digestivo y depende para alimentarse de una bacteria simbiótica (en la foto). Pero la bacteria no se transmite de padres a hijos: tiene una vida libre independiente y el gusano la engulle durante su fase larvaria. La integración de las dos especies no es completa y puede que esté en una situación de transición.
Un caso de transición más célebre es el de las legumbres, las únicas plantas de cultivo que no necesitan nitratos: pueden obtenerlos directamente del nitrógeno atmosférico gracias a la bacteria rhizobium que se aloja en unos nódulos especiales de sus raíces. Este es el principio que subyace a la práctica tradicional de alternar los cultivos de cereales y de legumbres: los primeros emplean los nitratos que las segundas han depositado (fijado, en la jerga) en el suelo durante la temporada anterior. Un método de abonado verdaderamente sostenible.
Y no olvidemos al calamar bioluminescente. Estos calamares obtienen los asombrosos diseños de luz y color que utilizan para camuflarse de unas bacterias luminescentes simbióticas. Pero, tanto en este caso como en el de las legumbres, las bacterias simbióticas tienen también una vida libre independiente, y son adquiridas por los huéspedes a lo largo de su vida, y no transmitidas de padres a hijos. No se pueden considerar nuevas especies, sino candidatos en transición.
“La interacción entre la teoría evolutiva y la investigación genómica nos permitirá entender la evolución de la complejidad organísmica en un solo marco unificado”, concluyen Kiers y West. La simbiosis es un mecanismo de generación de nuevas especies rápido, pero solo en las escalas de los geólogos. Sus engranajes internos están repletos de finos ajustes que siguen necesitando de la selección natural darwiniana. No hay conflicto en el evolucionismo.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/25/ciencia/1429960569_497785.html

Los nuevos ‘inquisidores’ acechan en la red

La humillación pública se ha convertido en un deporte de masas gracias a las redes sociales. Un salvaje ciclo de linchamiento y lucro desliza hasta el infierno a víctimas anónimas en cuestión de minutos, pero las consecuencias dejarán marcas para siempre en internet


MAX

El 19 de agosto de 2014, una joven periodista y escritora se decidió a publicar en Twitter sus impresiones sobre el machismo vigente en la sociedad española y empezó a enumerar situaciones de su "día a día" que le parecían sexistas. Arrancó: "He ido a la biblioteca a estudiar como todas las mañanas y el chico de enfrente me ha dicho que si quería tomar un café". La shitstorm ("tormenta de mierda", como la denominan los expertos) que provocó es de las más agobiantes que se recuerdan. "Eres demasiado fea para invitarte a café", "Menos biblioteca y más médicos para tratar tu retraso", "Tranquila, a ti nadie te va a violar", "Invitarte a un café no lo sé, pero tirarte cacahuetes seguro", "¿Cómo se conocieron tus padres? La única hipótesis que barajo es que sean hermanos"... Son solo algunos de los ejemplos menos ofensivos de entre las barbaridades que le dijeron durante los siguientes días: millares de tuits, algunos con imágenes desagradables y de sexo explícito. Ella borró su publicación pasados unos días, pero en su lugar seguiría circulando el pantallazo de sus palabras, para poder mantener la orgía de chascarrillos aunque ella no quisiera permanecer en el ojo de ese huracán.
Cuando la jauría digital se desata, es imposible frenarla y la sentencia te acompaña para siempre
Al margen de si su percepción era exagerada o no, se desató una violencia verbal contra esta joven que todavía no se ha diluido. Ella ya no quiere ni hablar del tema. Aquel tuit significó convertirse en el pimpampum de los más cutres y pertinaces machistas de la Red; días, semanas y meses de chistes sexistas. No es casual que estos linchamientos tengan un sesgo claramente machista: aunque las mujeres representaban el 53% de los usuarios de Twitter a comienzos de 2013, estudios posteriores muestran un declive de esa proporción en favor de los hombres, quizá porque el ecosistema de internet sigue rezumando demasiada testosterona. El 72,5% de los casos de ciberacoso los sufren mujeres, según la organización Trabajando para Detener el Abuso Online (WHOA, por sus siglas en inglés). Las periodistas reciben el triple de mensajes abusivos que sus colegas hombres, según Demos, y hasta la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se mostró "alarmada" en febrero por el creciente número de amenazas hacia mujeres periodistas en entornos digitales. Como explicaba recientemente un artículo en elWashington Post, son muchas las voces feministas que están dando un paso atrás en internet para huir del clima irrespirable. La mayor shitstorm de la historia probablemente sea el Gamergate, que estalló también en agosto pasado, en el que los hombres de la comunidad de videojuegos cargaron salvajemente contra las mujeres que criticaban el sexismo del sector.
Cuando Twitter empezó a tener éxito en España, comenzaron a darse razias en las que el traspiés de un famoso congregaba a una multitud que se abalanzaba sobre él y, tras disfrutar de un rato de vapuleo entre chanzas, insultos y hashtags, la manada se disolvía tan fugazmente como había caído sobre la presa. Un caso de libro fue cuando David Bisbal escribió durante la Primavera Árabe: "Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta". El cachondeo que desató todavía resuena en los confines de la galaxia internetera. Esos mismos días, unos tuits parodiando el antisemitismo dejarían al director de cine Nacho Vigalondo sin su blog en este periódico. Los medios empezaron a colocar entre las noticias más vistas estos tropezones que incendiaban las redes sociales, generando un ciclo de retroalimentación con los usuarios. Pero de un tiempo a esta parte el fenómeno se está haciendo cada vez más indiscriminado: no importa que seas un político, un personaje popular o un don nadie. No estamos dispuestos a tolerar un desliz; ni siquiera se tolera el arrepentimiento. Hacemos un pantallazo de todo para que no puedas esconder tu error borrándolo, aunque este gesto equivalga a reconocer de forma bastante explícita la equivocación.
¿Cómo se hace dinero? Clics. Estamos en un ciclo alarmante y alguien gana dinero con el sufrimiento de otras personas”, dice Monica Lewinsky
Es algo que está pasando en todo el mundo y quizá el ejemplo más paradigmático sea el que sufrió Justine Sacco. Su vida descarriló para siempre por culpa de un tuit estúpido, un mal chiste fuera de lugar que provocó una de las mayores escenas de linchamiento digital que se recuerdan. En apenas unas horas, esta joven relaciones públicas con una exitosa carrera en Nueva York pasó del más apacible de los anonimatos al estrés postraumático, a noches de pesadillas y porqués. Solo fueron 65 caracteres, no hizo falta usar los 140 que permite Twitter. Sacco publicó estas palabras justo antes de embarcar hacia Sudáfrica para pasar la Navidad junto a su familia: "De camino a África. Espero no coger el sida. Es broma. ¡Si soy blanca!". Era el último tuit de una ristra de chascarrillos malos y poco correctos. Durante media hora, hasta que apagó su móvil dentro del avión, estuvo refrescando su pantalla pero nadie hizo ni caso. Tampoco le extrañó que su tuit pasara tan desapercibido como los anteriores; solo tenía 170 seguidores, garantía de escaso impacto. Por lo general, un tuit que no ha recibido ninguna interacción en ese tiempo, caerá en el pozo del olvido para siempre.
No fue así. Nada más aterrizar, al encender el móvil, tenía un mensaje de alguien a quien no veía desde el colegio: "Siento muchísimo ver lo que está pasando". El tuit no sólo no había pasado desapercibido sino que se convirtió en la diana de cientos de miles de mensajes indignados por el racismo que destilaba. El asunto fue el más comentado en esta red social durante horas y su autora fue de inmediato juzgada, condenada y sentenciada mientras dormía una siesta a 10.000 metros de altura: Sacco era una "pija blanca racista que se burlaba del sufrimiento en África". Numerosos tuits pedían su muerte, le deseaban violaciones que le contagiaran el sida y exigían que su empresa la despidiera. Este último objetivo se cumplió de inmediato, después de que todas las cabeceras informativas contaran cómo las redes sociales habían descubierto el racismo de la relaciones públicas de una importante compañía editorial. Todo esto pasó durante las 11 horas del vuelo de Sacco, sin que la joven pudiera explicarse o disculparse, borrar su tuit o eliminar sus perfiles de otras redes sociales que fueron convenientemente destripados por la jauría. Nadie se puso de su parte, nadie publicó que quizá se estaba exagerando. El fenómeno fue tal que incluso hubo quien se acercó al aeropuerto de Ciudad del Cabo para fotografiar el momento en que Sacco llegaba, para informar al mundo.
MAX
"Y entonces mi teléfono empezó a explotar", recuerda la propia Sacco en el libro que el periodista Jon Ronson acaba de publicar (So you've been publicly shamed, Pilcador) y que es el resultado de tres años dedicados a descubrir lo que queda de las personas que, como Sacco, han pasado por este terrible proceso de deshonra y vejación, una especie de lapidación en la plaza pública global que deja cicatrices en forma de resultados en Google. Sacco le explica a Ronson que su tuit solo pretendía parodiar esa mentalidad tan de estadounidense blanco que cree vivir en una burbuja que le protege. Pero ya da igual. Una vez la jauría digital se desata es imposible frenarla y la sentencia te acompaña para siempre: cada vez que alguien te busque en internet, tu imagen devolverá ese retrato deforme y monstruoso creado con retales de titulares sensacionalistas, frases sacadas de contexto y fotos de tu pasado rescatadas para humillarte.
"Justine Sacco es la primera persona que entrevistaba que había sido destruida por nosotros", escribe Ronson. También se puso en contacto con Lindsey Stone, una joven que compartía con una compañera una afición bobalicona: fotografiarse desafiando carteles. Fumando delante de carteles de "Prohibido fumar", por ejemplo. Hasta que en un viaje de trabajo fueron a visitar al célebre cementerio de Arlington, en Washington DC, en el que descansan los caídos por EE UU. Allí, junto a un cartel que pedía "Silencio y Respeto", Stone se fotografió haciendo una peineta con el dedo y fingiendo gritar. Y su amiga la subió a su muro de Facebook. Un amigo veterano de guerra les dijo que la foto era desagradable, pero Lindsey le explicó que se trataba de un chiste habitual y que no pretendía ser ofensiva. La foto cayó en el olvido hasta que, cuatro semanas después, comenzó a recorrer foros y redes a lomos de la indignación de los más patriotas. De nuevo, amenazas de muerte y de violación, a las que se sumaron los insultos vejatorios por su sobrepeso. Y de nuevo, un deseo cumplido de inmediato: que la joven perdiera su trabajo. El buzón de Life, la ONG para cuidar adultos con discapacidad intelectual en la que trabajaba Lindsey Stone, se inundó de rabia contra su empleada. "Literalmente, de la noche a la mañana perdí todo lo que conocía y amaba", explicaba tiempo después la joven, que pasó un año sin salir de casa, sumida en una depresión, con noches truncadas por pesadillas.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/23/ciencia/1429788932_491782.html

‘Maglev’, el tren que vuela

Japón retoma la carrera de los ‘supertrenes’ con un ‘maglev’ que supera los 600 km/h


ATLAS

Ajeno y lejano a las polémicas electorales sobre el AVE, otro tren de alta velocidad atravesaba el pasado martes el plácido paisaje del monte Fuji. Al símbolo del Japón inmemorial lo vuelve a retar un ingenio humano, un tren de levitación magnética o maglev, que acaba de batir el récord mundial al alcanzar un pico de velocidad de 603 km/h y mantenerse durante 11 segundos por encima de los 600. Un periodista de la agencia France Press que viajaba en uno de sus once coches comparó el vértigo que sintió con el acelerón al de un despegue. Y no eso lo único en lo que este tren se parece a un avión.
Maglev, el tren más rápido del mundo
El tren más rápido del mundo. 
¿Cómo se consigue que un tren corra a esa velocidad? Haciéndole volar, literalmente. El SCMaglev L0, que así se llama el maglevjaponés, levita a 10 centímetros sobre su base. Tren y ferrocarril no son ya sinónimos: ahora se prescinde de las vías; el rozamiento con ellas haría imposible alcanzar esas velocidades. En su lugar, el tren se desplaza dentro de una guía-viga de hormigón con forma de ‘u’. Lo encauzan, lo propulsan y lo sostienen en el aire unos potentes electroimanes: “La tecnología está basada en el simple principio de atracción y repulsión magnética: los dos polos de un imán se atraen si son de distinto signo y se repelen si son del mismo. En el fondo, el funcionamiento de cualquier motor eléctrico está basado en el mismo principio, pero aquí se aplica de otra forma”, explica Iñaki Barrón, director de Alta Velocidad de la Unión Internacional de Ferrocarriles.
A mayor electricidad, mayor campo magnético se crea. El ‘maglevnecesita uno 100.000 veces más potente que el de la Tierra. Para sacarle el máximo a la costosa y abundante energía que precisa, en el ‘maglev’ se utilizan materiales superconductores, que transmiten mejor la electricidad cuando su temperatura desciende a 269ºC bajo cero.
Unos electroimanes lo encauzan, lo propulsan y los sostienen en el aire
Otra peculiaridad estriba en que esa electricidad se transmite por los laterales de la guía de hormigón. Es como si el motor del tren, en lugar de estar en el interior de la máquina, estuviera en las guías. En su base, otros imanes hacen que el tren flote cuando alcanza al menos 100 km/h. Mientras acelera, unas ruedas lo sostienen. Se retiran en cuanto el tren flota. He aquí una nueva semejanza con los aviones y sus trenes de aterrizaje. En cambio, el aire aquí no es de ayuda: que el maglev no vuele aún más rápido se debe en gran medida al aire, que lo roza y lo frena.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/04/27/ciencia/1430131846_584960.html

El primo vegetariano del tiranosaurio

Hallado en Chile un pariente atípico de los grande dinosaurios carnívoros


La familia de los feroces tiranosaurios acaba de hacerse un poco más grande y algo menos terrorífica. Un equipo de paleontólogos y geólogos han encontrado una nueva especie de dinosaurio en el sur de Chile que, a pesar de ser pariente de los grandes carnívoros, presenta una inigualable mezcla de rasgos de otros dinosaurios. Lo más llamativo, dicen, es que el Chilesaurus diegosuarezi nunca comía carne.
La nueva especie se ha hallado en la patagonia chilena, al sur del país. Su nombre se debe a Diego Suárez, un niño de siete años que andaba buscando piedras llamativas por Aysén cuando se topó con un hueso del dinosaurio. Los padres del muchacho, los geólogos chilenos Manuel Suárez y Rita de la Cruz, describen ahora el hallazgo en la revista Nature junto a otros expertos de de Argentina, Chile y Reino Unido . En total se han recobrado más de una docena de especímenes, entre ellos cuatro esqueletos completos. La mayoría eran del tamaño de un pavo, pero algunos huesos indican que algunos llegaban a medir tres metros de largo.
Sus descubridores lo comparan con un ornitorrinco, ese mamífero con pico que pone huevos y que parece estar hecho con partes sueltas tomadas de otros animales. El chilesaurio también era una especie de rompecabezas evolutivo. Perteneció al grupo de los terópodos, en su inmensa mayoría formado por dinosaurios carnívoros con espectaculares denticiones y una fuerza brutal como el tiranosaurio o el carnotaurus. Pero el cráneo y los pies del chilesaurio son más parecidos a los de dinosaurios herbívoros. También sus mandíbulas y dientes son característicos de animales jurásicos que no cazaban ni comían carne.
Es uno de los casos más “extremos” de evolución en mosaico, dicen sus descubridores. Mientras sus parientes continuaban perfeccionando su fisonomía hecha para cazar y desgarrar a sus presas, el chilesaurio comenzó a adaptarse a una vida y una dieta de pacífico herbívoro y desarrolló por su cuenta partes de su cuerpo similares a las de dinosaurios con los que no estaba emparentado.
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