domingo, 1 de febrero de 2015

Tres maneras de afrontar el conflicto entre ciencia y religión

Uno de cada cinco estadounidenses conoce la ciencia y la valora, pero rechaza la veracidad del Big Bang o la teoría de la evolución

La ciencia y la religión se mezclan en la lanzadera de cohetes de Baikonur (Kazajstán) 

Muchos sociólogos, algunos tan célebres como Karl Marx o Max Weber, asumieron que el desarrollo de las sociedades haría que, poco a poco, la ciencia y la razón sustituyesen a la religión como forma de entender el mundo. Además, se ha observado que, en buena medida, la ciencia y la religión suelen aparecer como maneras antagónicas de enfrentarse a la realidad. En parte, las cifras que muestran el descenso de la religiosidad en Europa sugieren que la primera suposición es cierta, pero la resistencia de este tipo de ideas en países como EE UU indican que la relación entre nivel de desarrollo y creencias no siempre tiene una relación directa o, al menos, no es una relación tan simple.
En un artículo que se publica en la revista de la Asociación Sociológica Americana, dos investigadores han estudiado las perspectivas sobre ciencia y religión en EE UU, un país en el que las contradicciones en este apartado son agudas. En aquel país, la gran locomotora científica y tecnológica del mundo en el último siglo, más de tres de cada cinco ciudadanos discrepan de lo que sostiene la ciencia respecto a la aparición del universo o la evolución.
Uno de los resultados obtenidos a partir de datos de la Encuesta Social General de este país indica que la armonización de puntos de vista entre quienes prefieren explicaciones científicas y religiosas resulta complicado. “La mayor parte de la gente en EE UU tiene orientaciones favorables hacia la ciencia o la religión, pero no hacia ambas”, afirman los autores del trabajo, Timothy O’Brien y Shiri Noy.
La mitad de los estadounidenses favorables a la religión no sabía que la radiación existe en la naturaleza
A partir de sus resultados, dividieron los puntos de vista de los estadounidenses entre tradicionales, modernos y postseculares. Los primeros, el 41% de la población, son más favorables a la religión; los segundos, el 36%, más favorables a la ciencia; y los terceros, el 21%, aceptan los postulados científicos siempre que no entren en conflicto con sus creencias, como el caso de la evolución humana a partir de otros animales o la aparición del universo con el Big Bang. En estos dos casos de confrontación, estos individuos, aún más religiosos que los tradicionales, rechazan la visión de la ciencia respecto al Big Bang (94%) o la evolución (97%).
Pese a renegar de estos planteamientos en que la ciencia puede pisarle parte del terreno a la religión como filosofía de vida, los postseculares no son ignorantes respecto a la ciencia, algo que sucede con más frecuencia en el caso de los tradicionales. De estos últimos, solo el 47% sabían que la radiactividad, además de con las bombas atómicas o en las centrales nucleares, se produce en la naturaleza. El 92% de los modernos conocía este hecho y el 90% de los postseculares también.

Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2015/01/30/ciencia/1422615373_106496.html

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