domingo, 22 de febrero de 2015

Los científicos españoles defienden la experimentación con animales

Los investigadores emplearon 920.000 animales en 2013, un tercio menos que en 2009

Las sociedades científicas sugieren modificar el Código Penal contra radicales animalistas


Animalario del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona. 

Los científicos españoles levantan la voz en defensa del uso de animales en la investigación biomédica. Los investigadores y profesores de España utilizaron 920.000 animales en 2013, el último año con datos. Ahora, la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) publica un documento oficial en el que defiende que este “uso de animales en la investigación es vital para el avance de la medicina”.
La Cosce sale a la palestra para “mejorar la información que se transmite a la sociedad” y “concienciar a las autoridades” ante el riesgo de que surja en España un “activismo virulento” contra la experimentación animal similar al que ya existe en otros países. En la última década, radicales animalistas han enviado cartas bomba al neurocientífico Colin Blakemore, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), un grupo de seis enmascarados dio una paliza al marido de una bióloga de la Universidad de California (EE UU) y un centro de investigación biomédica de la Universidad de Hasselt (Bélgica) fue pasto de las llamas por un ataque premeditado.
En el informe, los autores sugieren incluso “la modificación del Código Penal” para endurecer las penas por “el tipo de delitos en los que determinados grupos activistas contrarios a la experimentación animal puedan incurrir”, como liberar animales de un laboratorio para estropear un trabajo científico de años.
En la última década, radicales animalistas han dado palizas a científicos y quemado laboratorios en otros países
“No queremos que nuestro documento enfade a nadie, solo queremos informar para que cualquier persona pueda formarse su opinión”, explica Juan Lerma, coordinador del trabajo y director del Instituto de Neurociencias de Alicante. La Cosce, que agrupa a 75 sociedades científicas españolas, recuerda que la investigación biomédica “beneficia directamente a los propios animales”, ya que los tratamientos veterinarios modernos se basan en estos estudios.
“Prácticamente todos los protocolos actuales para la prevención, curación y control de las enfermedades, de los antibióticos a las transfusiones de sangre, de la diálisis al trasplante de órganos, de las vacunas a la quimioterapia, de las operaciones quirúrgicas de corazón a la sustitución de huesos y articulaciones en cirugía ortopédica, se basan en el conocimiento obtenido mediante investigaciones realizadas en animales de laboratorio”, subraya el documento.
De los 920.000 animales empleados en España en 2013 con fines científicos y de docencia, el 85% fueron roedores, principalmente ratones (663.000) y ratas (105.000), según los datos del Ministerio de Agricultura. También se utilizaron casi 28.000 conejos, 774 perros, 300 caballos y asnos, 254 gatos y casi 9.400 cerdos. En el mismo periodo, en los mataderos españoles se sacrificaron 41 millones de cerdos para alimentación. “Por cada animal que se usó en investigación biomédica en España en 2013 se sacrificaron 45 cerdos para alimentación y por cada cerdo que se usó en investigación se consumieron más de 4.400 cerdos en alimentación”, detalla el documento.
Los autores del trabajo ofrecen más datos para defender que el número de animales utilizados en investigación científica es “relativamente pequeño”. Solo en Reino Unido, señalan, las autoridades matan a más de siete millones de roedores cada año en su lucha contra las plagas indeseables. En EE UU, los científicos emplean anualmente unos 25 millones de animales en sus estudios, el 95% roedores. Al mismo tiempo, los estadounidenses se comen cada año 9.000 millones de pollos y 150 millones de vacas, cerdos y ovejas.
En 2013, los científicos españoles emplearon 9.400 cerdos. En el mismo periodo, en los mataderos del país se sacrificaron 41 millones
Entre los autores del informe figuran los vicerrectores de investigación de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Autónoma de Madrid, Jordi Alberch y Nuria Fernández; el presidente de la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio, Javier Guillén; y el investigador Lluís Montoliu, miembro del Comité de Bioética del CSIC, el mayor organismo científico de España. También firman representantes de asociaciones de familiares de personas con alzhéimer y de ayuda a personas con albinismo.
El informe afirma que los científicos aplican “rigurosamente” el principio de las 3 R: reemplazar por cultivos celulares o simulaciones informáticas el uso de animales cuando es posible, reducir el número de animales empleados a los estrictamente necesarios y refinar los métodos empleados para mejorar el bienestar animal. Los datos confirman esta voluntad. En 2009, se utilizaron 1,4 millones de animales. En cinco años, se han reducido un 34%.
En cuanto a la refinación de los métodos, el documento pone el ejemplo de unas proteínas fluorescentes desarrolladas a partir de luciérnagas por investigadores de la Red de Enfermedades Tropicales, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, en Madrid. Los investigadores han creado una cepa del parásito que provoca la leishmaniasis con esta proteína fluorescente. Cada año, la enfermedad, asociada a los perros en los países ricos, mata a unas 30.000 personas en los países pobres. Gracias a la proteína, los científicos pueden ver la evolución de la infección con un detector de luz, sin necesidad de matar animales constantemente. El método, aseguran, reduce hasta un 60% los sacrificios.

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