jueves, 1 de enero de 2015

Las bacterias moran en las entrañas de la Tierra

El taladro más profundo halla “intraterrestres” 2,4 kilómetros bajo el fondo marino


El buque japonés Chikyu.
No está resultando fácil hallar vida alienígena en otros planetas, pero a este paso acabaremos encontrándola en el nuestro. El taladro más profundo que se ha introducido nunca bajo el fondo oceánico –en una misión del Programa Internacional de Descubrimiento del Océano, IODP— ha encontrado bacterias a 2,4 kilómetros bajo el suelo marino junto a Japón. Allí abajo no hay mucho que hacer, realmente, y los microorganismos subsisten a base de una magra dieta de hidrocarburos y un aburrido estilo de vida cercano a la hibernación. Pero el caso es que allí están, y quién sabe cuánto más abajo. Ya tienen un nombre: los intraterrestres.
Este viaje microbiológico al centro de la Tierra es solo una de las pistas que la ciencia reciente viene obteniendo sobre la resistencia tenaz de los organismos a unas condiciones que no hace mucho se consideraban incompatibles con la vida. Desde el entorno radiactivo de las centrales nucleares hasta las fumarolas hidrotermales de las dorsales centro-oceánicas por donde emergen los gases hirvientes del infierno, las bacterias parecen estar por todas partes en las que hemos sido capaces de mirar. Los marcianos viven entre nosotros.
Los hallazgos del IODP se han presentado en la reunión de otoño de la Unión Geofísica Americana que, pese a su nombre, se celebra del 15 al 29 de diciembre en San Francisco, y es el mayor congreso del mundo sobre las ciencias de la Tierra y el espacio, este año con cerca de 24.000 asistentes. Los científicos del proyecto de taladro profundo pertenecen a la Universidad de Southern California, Caltech, el Jet Propulsión Laboratory de la NASA, el Instituto de Investigación del Desierto de Nevada (DRI) y el Rensselaer Polytechnic Institute en Nueva York, junto a científicos de dos institucionaes japonesas (CDEX y JAMSTEC).
La expedición 337 del IODP tuvo lugar entre julio y septiembre de 2012, frente a la costa de Shimokita, Japón. El buque japonés Chikyu, cuyo aspecto es vagamente similar a una torre petrolífera, introdujo un “taladro monstruo” –en palabras de los investigadores del IODP— que primero se sumergió a 1.180 metros hasta el fondo marino y después taladró la cifra récord de 2.400 metros bajo el fondo y a través de los estratos geológicos. Las muestras, por tanto, proceden de 3,5 kilómetros bajo la superficie del mar.
En esas profundidades inhóspitas, donde no llega un solo fotón de luz ni una molécula de oxígeno, con una presencia de agua poco menos que residual y muy poco que llevarse a la boca, los científicos han hallado unas bacterias insólitas, pequeñas y esféricas, y además han sido capaces de cultivarlas en condiciones de laboratorio y someterlas a una serie de experimentos microbiológicos.
Para leer más:
http://elpais.com/elpais/2014/12/22/ciencia/1419237060_948814.html

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